16 de agosto de 2012

De vuelta

Saludos a todos. después de dejarlos por más de un mes ya estoy aquí para retomar el blog.

En fin, que les cuento, no me ausenté sólo por descanso, sino que me fui de viaje a las olimpiadas londineses, así que no podía dejar pasar la oportunidad de ver mi evento favorito de todos los que hay, pero ya estamos en México recuperando el tren de vida y adaptándonos al horario.
En fin, dado que acabo de poner pie en el DF no tengo mucho preparado, pero si puedo comenzar contándoles la pequeña aparición que hizo el bondage mientras estuve en Inglaterra.

Entre las muchas cosas que hay en Londres hay varios mercados ambulantes que venden desde ropa hasta antigüedades. El que a mi me gustó más se llama Camden, tiene cientos de puestos, comida deliciosa y una arquitectura muy interesante pues se localiza en lo que fueron unos viejos establos y conserva toda la imagen; así uno sube por rampas y se mete por plataformas y a sótanos para recorrer todo el lugar. Pues resulta que uno va caminando por ahí y casi sin darte cuenta te metes a una tienda futurista con dos personas bailando música electrónica en plataformas, luces fluorecentes y ropa estilo ciencia ficción, la tienda se dedica a estos artículos de moda, pero allí mismo y sin que medie una separación aparte de un pequeño letrero que casi ni notas indicando "sólo mayores de 18" estás de repente en un sex shop.
Pero lo importante no es la sex shop en sí, sino que dentro de ella hay una importante sección de bondage y todos los artículos están a la vista, así puedes ver grilletes, harneses para atar a tu pareja a la cama, cinta adhesiva para bondage, mordazas y aparatos con cuerdas especiales preatadas para poner a tu pareja en un hogtie o en un bondage estilo shibari instantaneamente (muy útil si te gusta el bondage pero no sabes amarrar); además había artículos de sado que ya hemos defendido en varias ocasiones, es una cosa distinta.
En fin, es muy interesante verlo todo, pero lo que quiero destacar es la apertura de los ingleses hacia el bondage, cosa que la verdad les envidié: turistas e ingleses entraban allí como si cualquier cosa y sin tapujos platicaban de todo con sus parejas, preguntaban a las dependientes por los productos y a nadie le daba vergüenza que los demás los vieran en una tienda de bondage... ojalá algún día logremos eso en México.

Ya sobre la calle y rumbo a la estación de metro vi algo más sorprendente aun... en otra tienda, en un anaquel sobre la avenida, colgaban decenas de esposas, algunas con peluche y otras sin el y un letreto anunciaba su precio, ¿se imaginan ver una venta de esposas así en la calle? que padre fue.

En fin, no tengo fotos porque lo que si no se podía era sacar la cámara, pero fue muy interesante. Nos vemos a la próxima con más bondage.

1 comentario:

  1. Hola Rufiniano. Que afortunado que lograste tu objetivo de ver los Juegos Olímpicos en Londres. Me imagino lo que viste y viviste por allá. Y que bien que encontraste una tienda así. ¿Compraste algo? La verdad en Londres hay más libertad para las alternativas sexuales y lo digo también por experiencia, porque ya también tuve la oportunidad de conocer esa ciudad y también de ver algo así. En un puesto callejero de souvenirs encontré unas esposas y después de dudar y darme la vuelta regresé a comprarlas, y son las esposas que sigo usando; y hasta puedo decir que las estrené por allá en ese mismo viaje en una aventura que hasta parece inventada. El caso es que me arriesgue a traerlas en el equipaje y logré pasarlas por los aeropuertos. Y eso que el 11 de septiembre había sido solo hacía unos meses. Si quieres después te cuento como estuvo el asunto. Saludos y sigue con tus narraciones extraordinarias sobre Londres y sus fetiches.

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