Fue cruel dejarlos la semana pasada justo en ese punto de la historia ¿verdad? Después de presentarles toda la planeación y estando a instantes de que Kelly fuera atada fue hora de hacer el corte. Pero yo no escribí la historia original y era demasiado larga para una sola publicación, así que tuve que hacer un corte justo a la mitad, que coincidio con ese punto. Pero hoy Kelly, Trish y los gemelos vuelven y ahora si de principio a fin habrá bondage, bondage y más bondage.
Gemelos, Cuerdas y Problemas Parte 2
por Ten To Win
Kelly esperó a que salieran y entonces subió las escaleras a buscar donde ocultarse.
Jill y Brandon se asomaron a la calle y vieron a Trish en un auto frente a la casa, le hicieron una señal con los pulgares para que supiera que todo iba como planeaban. Trish respondió la señal y ajustó el asiento del coche tratando de no ser vista en caso de que su amiga se asomara por la ventana. Trish estaba complacida de que todo fuera como quería.
Kelly se metió en la habitación principal y se escondió en el closet. Era un lugar de escondite creíble pero no debería tomar mucho tiempo antes de que la encontraran. Sonrió pensando “aquí estoy jugando un juego de niños mientras ando pensando en los juegos de adultos que voy a tener con Jeff”. Desde ahí escuchó la puerta azotarse y los pasos de los niños correr por la casa. “Tal vez deje que me coja… es genial sentirse hermosa, me hace sentir tan… Viva”.
-Aquí está -gritó Brandon cuando vio a Kelly arrodillada en el armario detrás de una maleta- Arriba las manos y sal de allí, leeeentamente -ordenó mientras le apuntaba con la pistola.
Kelly se levantó y alzó las manos. “Estos niños han visto demasiadas películas de policías” -Me atraparon, pero nunca les daré las joyas.
-Ya veremos -dijo Jill quien entró al cuarto -date la vuelta y coloca tus manos en la pared, abre las piernas. Oficial Brandon, cúbreme mientras reviso que no tenga armas.
“Cielos empiezo a sentirme como una ladrona de verdad”. Kelly se puso en la posición que conocía por la televisión y sintió las manos de Jill cateándola “esto sería muy divertido si fuera Jeff quien me cateara”
-Esta limpia, no hay armas -Dijo Jill terminando, dando dos pasos atrás alzó su pistola y continuó.- Oficial Brandon, sujete a la prisionera.
“¿Qué demonios quiere decir con eso?” Kelly vio sobre su hombro y vio a Jill apuntándole y a Brandon colocando su mochila en la cama, de donde sacó un pedazo de cuerda. Kelly se dio la vuelta y reclamó a los gemelos. -De ninguna manera niños, no acordamos que me amarrarían.
-Aceptaste jugar el juego -reclamó Jill- y así es como se juega.
-A los prisioneros siempre les ponen esposas cuando los arrestan -explicó Brandon- así es la cosa.
-Como no tenemos esposas entonces usamos cuerda -concluyó Jill.
-No lo sé… se supone que estoy a cargo de ustedes. ¿Cómo me puedo hacer responsable de ustedes si estoy amarrada?
-Sólo es un juego -dijo Jill- no vas a romper tu promesa ¿o si?
-Está bien, supongo que no, pero recuerden que se van a dormir a las 9.
-Si, pero apúrate para que podamos jugar mientras tenemos tiempo -dijo Brandon tomando la cuerda.
Kelly cruzó sus manos al frente. -Adelante, sujeten a la prisionera.
-Así no -dijo Jill- tus manos tienen que estar en tu espalda.
Kelly lanzó una mirada enojada a los gemelos y lentamense te dio la vuelta cruzando las manos tras ella. “Cielos, no se porque Trish disfruta de cuidar a estos monstruos”. Brandon ató las muñecas de Kelly ajustando bien los nudos y se puso de nuevo la mochila en la espalda, tomando a la niñera del brazo volvió a la ficción del juego. -Vamos al cuarto de interrogación, allí te sacaremos la verdad.
-Hey chicos, esta cuerda está muy apretada -se quejó Kelly- recuerden que sólo estamos jugando, ¿no pueden aflojarla un poco?
-No, no podemos -respondió Jill- tienes que estar bien amarrada hasta que averigüemos donde están las joyas. Si cooperas con la ley entonces no será mucho tiempo.
Los gemelos llevaron a la prisionera atada hasta la sala y sacaron una silla de madera del estudio de su papá, sentaron en ella a Kelly y entonces Brandon sacó otra cuerda de la mochila.
-Y ahora ¿qué vas a hacer con eso?
-No podemos empezar a interrogarte hasta que estemos seguros de que no vas a salir corriendo -respondió el niño.
“Dios mío, ¿por qué acepté que hicieran esto?” -Bueno, pues apúrate y terminemos de una vez -refunfuñó Kelly “Voy a estar muy contenta cuando estos dos se vayan a la cama”.
Kelly observó mientras Brandon le amarraba los tobillos para después sujetar sus piernas a la vara que unía las patas de la silla. -Muy bien policías, me atraparon… confieso… las joyas están en…
-Silencio -interrumpió Jill- te interrogaremos cuando estemos listos, nosotros mandamos aquí.
-Ya fue suficiente -Dijo Kelly enfadada mientras torcía sus muñecas tratando de aflojar los nudos-Ya no voy a jugar a esto, desátenme. “Como me gustaría amarrarlos a los dos a sus camas.”
-La prisionera no está cooperando oficial Jill -dijo Brandon- ¿qué sugiere que hagamos?
Jill sacó una bufanda azul de la mochila -Yo creo que si le vendamos los ojos estará más calmada.
-No, no voy a dejar que me cubran los ojos niños. -Kelly sacudió la cabeza haciendo todo lo posible para evitar que la cegaran, pero tras un par de minutos de resistencia Jill pudo colocar la bufanda sobre sus ojos y atarla fuertemente.
El único sonido que se oía era la agitada respiración de Kelly que intentaba recuperar el aliento y comprender que demonios estaba pasando. Brandon y Jill se vieron complacidos y el niño corrió escaleras arriba para dar la señal a Trish.
Kelly intentaba permanecer tranquila “¿Cómo me metí en este problema? Ok Kelly, piensa… analiza la situación… no me voy a poder soltar yo sola y estos escuincles están decididos a terminar su jueguito… así que tendré que jugar y esperar que termine pronto.”
-Ok. Ya me calmé, ¿por qué no me quitan la venda y me interrogan de una vez?
-Tus ojos permanecerán vendados hasta que confieses donde están las joyas -dijo Brandon regresando al cuarto- acabó de buscar el closet donde te escondías y no están allí.
-Pues claro que no, las oculté en cuanto los oí entrar a la casa.
-Entonces ¿Dónde están? -exigió Jill.
-Nunca lo sabrán -se burló Kelly “les seguiré la corriente unos minutos y después les diré para que terminemos.”
-Así que quieres jugar rudo eh. -dijo Brandon- nosotros también podemos jugar rudo, recuerda que siempre obtenemos lo que queremos.
-No lo obtendrán de mi -”muy bien, una amenaza más y les digo”.
-Tendremos que jugar rudo oficial Brandon. Tal vez debamos empaparla con la manguera de agua.
-¡No pueden hacer eso! -gritó Kelly “me pregunto si serán capaces”- va en contra de la ley.
-Se te olvida que aquí, nosotros somos la ley -remarcó Brandon- Oficial Jill, traiga la manguera.
-Esperen un segundo -suplicó Kelly “esta maldita bufanda no me deja ver si hablan en serio o no”
-Voy por ella oficial Brandon- dijo Jill ignorándola.
Kelly escuchó pasos y el ruido de la puerta trasera abriéndose, un minuto después la puerta se cerró y Jill volvió anunciando, -aquí la tiene oficial Brandon.
Trish había entrado junto a Jill y ahora esperaba al pie de las escaleras que llevaban al segundo piso; vestía shorts negros, un Top azul oscuro y mocasines y llevaba una mochila, se sentó y observó como seguía el juego.
-Okay, les diré donde escondí las joyas -Dijo Kelly nerviosa “ganaron, terminemos con esto” -están arriba en el cajón de las sábanas, debajo de estas.
-Será mejor que nos digas la verdad, OH de lo contrario las pagarás. -Dijo Brandon.
-Es la verdad pequeña saban… err. Oficial -Dijo Kelly conteniéndose- y ahora que el juego se acabó por favor ¿pueden desatarme?
-El juego se acaba cuando tengamos las joyas en las manos -informó Jill- Si estás diciendo la verdad entonces vendremos a liberarte. Vamos Brandon, investiguemos lo que nos dijo.
Los gemelos corrieron arriba y Trish los alcanzó en el cuarto de Brandon, el trio sonrió y festejó chocando sus palmas.
-Lo hicimos muy bien ¿no? -dijo Jill
-Chicos, estuvieron fantásticos. Pero ahora quiero que se metan a la cama, si están dormidos en diez minutos entonces los invito mañana al cine.
-Y ¿si Kelly nos pregunta por que no volvimos por ella? -pregunto Jill.
-Pues entonces díganle que… que pensaron que se había desatado porque una chica con una máscara de halloween los sorprendió aquí arriba y los mandó a la cama. No podrá saber si le están diciendo la verdad o no.
-Bueno -aceptó Brandon- apuesto a que me duermo antes de que Jill pueda llegar a su cama -dijo después metiéndose bajo sus cobijas.
-Claro que no -respondió Jill que se fue corriendo a su habitación.
-Les pondré un poco de música para que duerman mejor -dijo Trish poniendo a un volumen bajo los dos radios que cada gemelo tenía junto a sus camas “también evitará que escuchen cualquier ruido que escape del piso de abajo”- buenas noches niños. Trish sólo tuvo que esperar un par de minutos y los gemelos quedaron profundamente dormidos.
* * * * * * *
Kelly esperó y esperó y esperó “¿dónde demonios están? Ya deben haber encontrado las joyas” -¡Brandon!, ¡Jill! Bajen… se acabó el juego.
Trish estaba de pie tres metros enfrente de su amiga, observando en silencio a su presa “no traidora, el juego apenas comienza” Trish se acercó y rozó la nariz de Kelly con una pluma.
Kelly se alejó “¿qué fue eso? ¿a qué hora volvieron?”. Volvió a sentir la pluma acariciar su cuello y trató de alejarse de ella. -Ok. Esto ya no es divertido, este juego se acabó, desátenme inmediatamente o tendré que acusarlos con sus padres.
Trish dejó la pluma a un lado y sonrió “Ya no estás lidiando con niños perra… ahora yo estoy a cargo”. Trish fue por su mochila y sacó una larga mascada café que acomodó en su cintura. También sacó un par de bragas que hizo bola en su mano derecha. “Mejor estar preparada, va a empezar a gritar asustada en un momento u otro”.
-Escuchen chicos -suplicó Kelly- si me desatan ahora les juro que no van a estar en ningún pro…- “Dios mío, mi blusa”. Kelly trató de resistirse, pero estaba completamente limitada por las ataduras, las manos continuaron desabotonando su blusa con facilidad… dos botones, tres botones. -¡Alto!, por favor- estaba a punto de empezar a llorar -Brandon, Jill, háblenme- cuatro botones, cinco botones. -Esto no está bien, no pueden hacerlo, deténganse ahora- seis botones y su blusa quedó completamente abierta revelando su sostén de encaje.
La respiración de Kelly se volvió errática y estaba perdiendo la calma. Sus senos se alzaban y hundían mientras jadeaba buscando aire. Trish ya estaba lista con los calzones hechos bola.
Entre las bocanadas de aliento Kelly volvió a hablar -Si no me… desatan… ahora… voy a gritar… pidiendo ayuda… y la policía vendrá… ¿es eso lo que quieren?- Kelly jaloneó las cuerdas pero seguían perfectamente ajustadas.
“Lo que quiero es ver como se han puesto lindas tus tetas” Trish desabrochó el seguro del sostén de Kelly, exponiendo sus pechos y sacándola de quicio. Pero su grito de socorro fue interrumpido en cuanto Trish forzó el par de bragas dentro de su boca. Con un rápido movimiento Trish alcanzó la mascada que estaba en su cintura y la metió entre los labios de Kelly sellando los calzones dentro de la boca. La tela era de la longitud suficiente como para rodear la cabeza de la chica, los extremos de la mascada pasaron por tras su cabeza y devuelta al frente donde Trish hizo un doble nudo que quedó atado entre sus dientes abiertos.
Kelly se quedó petrificada, a pesar de que su corazón latía como locomotora. “Eso no lo hizo ninguno de los niños… alguien más está aquí ¿qué voy a hacer? Dios mío los niños, ¿qué les habrá pasado? Espero que estén bien”. Kelly explotó en un desesperado y repentino movimiento, torciendo y jalando las cuerdas hasta que agotada cayó vencida. Trish se sentó en el sillón y observó la lucha de Kelly “está realmente asustada… y también un poco excitada, sólo hay que ver sus pezones… se ve bastante atractiva, indefensa y medio desnuda”. Trish caminó silenciosamente hasta un mueble y encendió el estéreo que estaba allí, no muy fuerte, sólo lo suficiente para ahogar todo pequeño sonido que escapara de la mordaza de su amiga. “Vamos a ver si hay algo de hielo en el refrigerador”.
La adrenalina de Kelly se volvió a disparar cuando empezó a oír la música del radio. Todo su cuerpo estaba tenso por la anticipación. “Oh Kelly… ¿qué vas a hacer? Necesito ayudar a los niños, si es que están vivos, y tengo que mantenerme con vida para hacer eso. Pero estoy incapacitada para protegerme… no puedo moverme, no puedo hablar. Lo único que puedo hacer es cooperar para que no me lastimen. Me pregunto cuantos son los que me están atacando”.
-Mmmppphhh...mmmpppfff...ugghhhh. -Kelly gritó cuando sintió un atenazador frío en su pezón izquierdo.
Trish ignoró las ahogadas quejas de Kelly y continuó haciendo circunferencias sobre su areola, haciendo después lo mismo sobre su seno derecho. Continuó extendiéndose por todo su pecho mientras veía pequeñas gotitas de agua caer hacia el estómago, humedeciendo la cintura de sus shorts. De vez en cuando Trish sorprendería a Kelly pellizcando uno de sus endurecidas tetas. “Esto está resultando muy divertido, al menor para mi Kelly… me pregunto que pensarías si te quito la venda de los ojos. Seguramente lamentarías haberme robado a Jeff. Para que lo pienses mejor la próxima vez creo que será bueno extinguir el calor de tu coño”. Pensando esto Trish alzó el short de su amiga y dejó caer lo que quedaba del hielo dentro de sus calzones.
-Ummphh…. MMMPHHHH -Kelly se retorció en un inútil intento de alejarse del helado objeto que estaba sobre sus genitales, derritiéndose lentamente. “Por favor, sólo has cualquier cosa que me vayas a hacer de una vez… pero deja de atormentarme”. El hielo se deshizo con relativa velocidad debido al calor acumulado dentro de las bragas de Kelly y la chica sintió como su cuerpo la traicionaba…. Su piel estaba muy receptiva a las sensaciones, sus pezones extendidos y ahora su vulva se estaba humedeciendo y no sólo debido a el hielo que se acababa de derretir.
“Muy bien señorita modestia, sueles usar trajes de baño de una pieza, pero ahora que ya te debes estar acostumbrando a estar medio desnuda, vamos a ver que te parece estar completamente encuerada”. Trish se colocó atrás de Kelly y pasó su blusa y los tirantes de su braziere por debajo de sus hombros. Sacó una nueva cuerda de su mochila y la amarró entre los brazos de Kelly y su espalda, colocándola por encima de sus codos. Allí aumentó poco a poco la presión de las cuerdas hasta que los codos de su amiga se estaban casi tocando. “No sabía que eras tan flexible Kell”. Trish rodeó los brazos de la chica tres veces antes de ajustar el último nudo.
Kelly deseaba que todo fuera un sueño y que de repente fuera a despertar, pero su situación se volvía pero cada segundo. Sus manos se estaban entumeciendo y ahora sus hombros soportaban la presión de tener sus codos tan pegados el uno al otro.
Trish sujetó las ataduras de los codos al respaldo de la silla y hecho esto desató las muñecas de su prisionera. Kelly no ofreció resistencia cuando sintió que le quitaban su blusa y su sostén, por el contrario estuvo agradecida de librarse de los apretados nudos por un momento.
Trish observó los pechos de su amiga, expuestos hacia el frente debido a la posición de sus hombros y sintió un cálido cosquilleo dentro de ella. Incapaz de resistirse sintió la anatomía de su amiga con ambas manos, escuchó un ligero jadeo de la indefensa rubia cuando bordeó las areolas de Kelly con la punta de su dedo.
Con las manos libres Kelly pudo mover estas hacia adelante y tocó las piernas de su atacante. “están suaves, es una mujer… tiene que serlo… OH vaya esto se siente bien… ¿qué estoy diciendo, mi cuerpo está siendo manoseado por otra chica… OH que más me da, esto se siente muy bien”. Como si estuviera coordinada con sus pensamientos en ese momento la extraña pellizcó las tetas de Kelly y un relámpago de placer se disparó directamente en su clítoris.
Trish se dio cuenta de que Kelly estaba acercándose al orgasmo, pero no quería regalarle ese placer, por lo menos no ahora. Detuvo el masaje a los pechos de la chica abruptamente, y cuando oyó un lamento de la cautiva le volvió a atar las muñecas; después le amarró las rodillas y tras soltar la cuerda que sujetaba sus tobillos a la silla y los nudos que inmovilizaban sus pies la ayudó a levantarse, alejándose para ver los movimientos que hacía.
Kelly flexionó sus tobillos y caminó en un pequeño círculo. Al no poder ver y con sus piernas atadas en las rodillas no había otra cosa que pudiera hacer.
Trish se volvió a sentar en el sillón a admirar el retrato. “Sabes Kell, tus pechos se ven mucho más grandes así. Tal vez deba llamar a Jeff y pedirle que venga. Me pregunto si te desataría o si te follaría”. Pasaron unos minutos durante los cuales Kelly siguió probando las ataduras, tratando de disminuir la presión en su espalda, dando pequeños pasitos la indefensa prisionera se acercó poco a poco a Trish y cuando la tuvo al alcance de sus manos la pelirroja aprovechó para agarrar los shorts y las bragas de Kelly. La chica se intentó alejar en un fútil esfuerzo de conservar su intimidad, pero pronto lo que le quedaba de ropa fue bajado hasta sus rodillas. Trish obligó a Kelly a arrodillarse en el suelo y luego la acostó sobre su estómago, teniéndola ahí desató sus piernas y le quitó el resto de su ropa, dejando a la chica completamente desnuda. Entonces se puso a nalguear a su amiga y tras unos manotazos le dio media vuelta de modo que estuviera acostada sobre su espalda.
“Que bonita vagina Kell… está tan húmeda… te vas a venir con esto que te está pasando”. Trish metió dos dedos dentro de Kelly.
La rubia estaba casi agradecida de tener los ojos vendados, pues así no tenía que ver a su atacante a los ojos. Nunca se había sentido tan avergonzada en su vida, y tampoco tan excitada. Al no poder ver era más fácil resignarse a ser usada de una manera que le hubiera repugnado si alguien se lo hubiera propuesto. Ahora sólo quería que los dedos que la invadían siguieran estimulando su clítoris, que se metieran dentro y fuera, dentro y fuera hasta que la llevaran al orgasmo. “No se quien eres, pero ya no me importa, sólo sigue”.
Sin embargo los deseos de Kely no eran la razón por la que Trish estaba ahí, así que después de estimularla, se detuvo, y fue a buscar una nueva cuerda. Cruzó los tobillos de la chica y los ató de nuevo, levantó a su amiga del suelo hasta arrodillarla y la amarró más fuertemente con cuerdas por arriba y por debajo de sus senos. Colocándola en el suelo de nuevo se puso a examinar la vulva expuesta de Kelly. Trish había visto a muchas mujeres desnudas en los vestidores después de sus eventos atléticos, pero nunca había tenido la oportunidad de estudiar los genitales de otra persona con tanta libertad. Sus dedos danzaron a través del vello púbico que con forma de triángulo parecía apuntar al clítoris de la chica. Sus dedos rozaron los labios hinchados que brillaban por todos los jugos producto de la excitación. Un dedo volvió adentro del cuerpo de su amiga y acarició su clítoris mientras el aire se llenaba de los distintivos aromas del sexo. Trish observó los pechos de Kelly, rodeados de cuerda, alzarse y hundirse con la respiración de su amiga cuya excitación crecía. La excitación de Trish también aumentaba mientras su dedo se cogía a su amiga, una parte de ella quería detenerse para continuar haciéndola sufrir, pero ya no razonaba y ahora la lujuria era su único motor. Alzando las piernas de Kelly metió la cabeza entre ellas, y descansándolas en sus hombros cubrió toda su vulva con su boca metiendo su lengua dentro de la vagina de Kelly.
Técnicamente Kelly era aun una virgen. Había tenido citas en la prepa y había dejado a un par de chicos sentir sus senos, pero nada más. Ya en la universidad había salido durante cuatro meses con un chico llamado Chad, y a él lo dejó estimularla con sus manos un par de veces, Kelly había disfrutado de esto pero no había alcanzado su clímax. Para satisfacer el apetito sexual de Chad ella también lo había masturbado un par de veces, pero dado que esto no aligeró sus deseos y el chico se volvió más exigente respecto a que tuvieran relaciones lo había cortado. Lo que vivía ahora era totalmente diferente, no tenía elección, ninguna alternativa salvo aceptar todo lo que pasaba. La lengua que la exploraba tan íntimamente era fuerte, pero a la vez gentil. Todo lo que su cuerpo sentía era desconocido, pero maravilloso.
Trish abandonó el último resquicio de autocontrol que mantenía y dirigió su propia mano dentro de sus bragas utilizando sus dedos para estimular su propio clítoris. Su lengua estaba llevando a Kelly al orgasmo mientras ella misma jugaba con su vulva. El cuerpo de Kelly de repente se quedó tieso y la prisionera gimió de placer a través de la mordaza mientras oleadas de placer corrían por todo su cuerpo liberando toda la tensión. Segundos después Trish se mordía los labios cuando sus dedos la llevaron hasta el clímax que buscaba con desesperación. Conforme la sensación fue disminuyendo la pelirroja se dejó caer al suelo, agotada, sin importarle que las piernas de su amiga descansaran sobre ella.
Después de varios minutos Trish recuperó el sentido y decidió concluir su plan. “Ya no te odio Kell… por el contrario creo que esto puede volvernos más amigas… pero no puedo dejar que sepas que yo te hice esto… lamento y agradezco que esto haya ocurrido ¿no tiene sentido verdad? Pero eso es lo que siento”.
Kelly yacía exhausta, feliz, desnuda y atada. Tras un breve descanso su captora la volteó bocabajo y la amarró aun más sujetando sus manos a sus pies. La cuerda fue apretada y atada colocando a la rubia en un muy severo hogtie. Cuando kelly se quejó trish le dio unas suaves palmadas en los glúteos y después sensualmente delineó las curvas de estos con las puntas de sus dedos, cuando Kelly respondió a esto con suaves gemidos Trish la volteó sobre su costado y continuó jugando con ella, chupando sus pezones y acariciando sus muslos con los dedos hasta que estos volvieron a sus genitales. Molestó a Kelly jugando con su vello púbico y después lubricó su dedo metiéndolo dentro de la húmeda vagina de la chica . Mientras daba suaves mordidas al pezón de Kelly fue llevando su dedo al ano de la chica, y al llegar allí lo metió dentro de este.
“SÍ, estoy lista de nuevo… lista para ese placer otra vez… espera. NO, NO, NO AHÍ… Oh Dios, mi trasero…” Kelly apretó sus músculos tanto como pudo, pero pronto el bien lubricado dedo de Trish estaba dentro de su orificio. “Que vergüenza, es mi trasero… no por favor, no… OH… OH… OHHHH, eso se siente bien… sí, sí, sí, SÍÍÍÍÍÍÍÍ……….”
El cuerpo de Kelly yacía inmóvil, mientras se recuperaba de su segundo orgasmo, cuando escuchó un click mezclado con la música de fondo. “¿qué fue ese ruido?… ahí está de nuevo… me pregunto… OH no, es una cámara”.
-Mmmppphhh… mmmppphhh. -fue todo lo que pudo decir mientras intentaba esquivar la lente de la cámara.
Trish simplemente se movió a su alrededor sacando una fotografía tras otra “Muy bien Kell, muy buen material… creo que llamaré a esta serie Lo que hice durante las vacaciones de verano. Jala las cuerdas, pretende que estás angustiada… bien, bien, genial.”
Kelly se dio cuenta de la futilidad de su lucha y finalmente descansó bocabajo. Varias lágrimas pronto humedecieron la bufanda sobre sus ojos. “Fotos… fotos de mi así, desnuda y amarrada… esto me perseguirá no sólo esta noche… estará conmigo por siempre… ¿quién vera estas imágenes?… que pesadilla”.
Trish inspeccionó el cuarto y cuidadosamente recogió todas sus cosas metiéndolas en su mochila, no dejó nada que pudiera revelar quien fue la intrusa. Subió de puntillas por las escaleras y checó a los gemelos quienes dormían plácidamente, volvió a la sala y vio a su amiga que seguía en el ajustado hogtie. “esta noche fue increíble ¿no Kell? Yo tendré las fotos para recordarla y tú tendrás los recuerdos… tal vez algún dpia comparta las imágenes contigo, y tu podrás contarme tus recuerdos, bueno me tengo que ir… te veré mañana en el parque”
Trish se arrodilló junto a Kelly y desató la cuerda que ataba sus muñecas a sus tobillos, después safó las cuerdas que le ataban los codos. Kelly respiró aliviada al poder relajar sus hombros y estirar sus piernas. Trish desató los nudos que ataban los brazos de la chica, pero dejó la cuerda enredada en estos . Finalmente desató los nudos en las muñecas de Kelly y metió los extremos de la cuerda entre sus manos para que no pudiera liberarse instantáneamente. Con cariño acarició las pompas de Kelly una vez más tras lo cual recogió su mochila y velozmente se desvaneció por la puerta trasera.
Kelly tenía miedo de creer que todo había terminado. Tras oír la puerta abrirse y cerrarse no se atrevió a moverse pensando que en cualquier momento podría ser atacada de nuevo, pero pasaron los minutos y sólo había silencio, finalmente se animó a volver a luchar contra las cuerdas, y sintió que estas se aflojaban. Con más energía siguió luchando y logró liberarse. Kelly pasó sus manos al frente de su cuerpo y se impulsó para sentarse, sacudiendo la cabeza logró finalmente liberarse de la venda. Después de tanto tiempo en la oscuridad requirió de unos segundos para acostumbrarse a la luz, la chica vio intrigada a su alrededor, todo estaba sin ningún cambio… la única diferencia en el cuarto respecto a unas horas antes era su situación. Kelly extendió los brazos y las cuerdas a su alrededor cedieron y cayeron, la chica se quitó la mordaza y desató sus piernas, levantándose de pie caminó por el cuarto hasta que vio su ropa que había sido dejada sobre un sofá. La recogió y se metió al baño, allí dejó las prendas sobre la tasa y se envolvió con una toalla que encontró, con esa discreta protección corrió escaleras arriba a buscar a los gemelos; encontrándolos en un profundo sueño, regresó al baño confundida y vio fijamente su reflejo en el espejo, estaba llena de marcas de cuerda y de zonas rojas producto de el roce de su cuerpo con la alfombra cada que se movía; su boca también estaba marcada debido a la apretada mordaza, sus muñecas tenían grabado todo el patrón de las cuerdas en ellas. Kelly también sabía que por dentro era una mujer diferente a quien había sido por la mañana. Esta nueva mujer había pasado de la agonía al éxtasis y ahora veía su sexualidad de una manera maravillosa y profundamente diferente. Odiaba el pensar que la habían fotografiado, pero también deseaba poder ver esas imágenes. Quería desesperadamente decirle a alguien lo que había vivido, compartirlo con alguien… pero sabía que se iba a sentir muy avergonzada de hablarlo. Metiéndose a la ducha se relajó bajo el chorro de agua caliente.
Brandon y Jill se despertaron y bajaron a las ocho de la mañana y encontraron a Kelly durmiendo en un sillón.
-despierta dormilona, ya amaneció -gritó Brandon.
-Sí -acompañó Jill prendiendo el televisor- es hora de ver caricaturas y de comer cereal.
Kelly los vio con ojos cansados. -Estén tranquilos niños, no dormí bien anoche.
-¿Por qué? -preguntó Jill- ¿tuviste una pesadilla?
Kelly se levantó y se estiró -¿qué pasó con ustedes después de que les dije donde escondí las joyas? ¿por qué no bajaron inmediatamente a desatarme?
-Perdón -dijo Brandon- se nos ocurrió que no sería malo dejarte allí un rato para no tener que ir a la cama luego luego.
-Pero vaya que nos hiciste pagar por la ocurrencia -dijo Jill sobándose las nalgas
-¿hacerlos pagar? ¿qué quieren decir?
-Nos asustaste mucho cuando apareciste en el cuarto con esa máscara de Jason -dijo Jill.
-Se que lo merecíamos -dijo Brandon- pero hace dos años que no me nalgueaban, vaya que dolió.
-¿Cómo te soltaste? -preguntó Jill- Brandon se debe estar descuidando a la hora de hacer nudos.
La boca de Kelly quedó abierta, pero no dijo nada por algunos segundos -se los cuento después, ahora vayan a desayunar y déjenme descansar un poco más.
-Bueno, vámos Jill.
Kelly se sentó llevando sus rodillas al pecho mientras veía a los niños desayunar. “Todo parece un sueño, pero se que fue verdad; muy, muy real. ¿me están diciendo la verdad esos malcriados? No lo sé, sin buenos mintiendo… pero lo que me cuentan es plausible, podría ser verdad y si es así entonces no deben saber nada de lo que ocurrió en su casa anoche. Si me están mintiendo entonces seguramente saben quien me mantuvo amarrada, quien me atormentó, quien me dio un placer tan grande cómo no creí que fuera posible. Si lo saben, yo también quiero saberlo… pero no puedo preguntarles. No puedo decirles a mis padres pues me sentiría avergonzada y ello se asustarían y llamarían a la policía. A lo mejor podría platicarlo con Trish, tal vez ella podría… TRISH… ¿habrá sido ella?”.
Fin.
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