Les dejo la prevista de mi nuevo set de bondage, protagonizado por la modelo Iliana Gómez
Más información en mi otro blog:
http://boundinmexicoproductions.blogspot.mx/2016/07/iliana-gomez-escapa.html
Toda mi vida he sido fan del bondage, He creado este blog para compartir todo lo que me gusta de esta práctica, como un punto de encuentro para todos los que compartan mi afición y para que el bondage sea mejor conocido y aceptado. Recientemente he visto que existen páginas sobre el tema en España, Chile y Brasil. México no debe ser la excepción así que aquí hay una página creada por un mexicano y abierta a todos. Pueden contactarme en los comentarios o escribiéndome a boundinmexico@gmail.com
31 de julio de 2016
18 de julio de 2016
Lizy atada y amordazada en La Rosa de Guadalupe
Una de las más recientes escenas de bondage en la duradera serie La Rosa de Guadalupe llegó el pasado 7 de junio en el episodio intitulado "una extraña forma de amar".
Aquí tenemos la clásica historia de un amor no correspondido que termina en secuestro. Lorena, interpretada por Lizy, es una chica que defiende a un compañero de escuela de los matones que le hacen la vida imposible, pero esta buena acción lleva a que el tipo piense que está enamorada de él, y ante su rechazo, creyendo que sólo tiene que darse cuenta, la secuestra.
Esto lleva a que tengamos a Lizy en su debut como damisela en apuros, en casa de su secuestrador, donde está atada de pies y manos, con los ojos vendados y amordazada.
La venda de los ojos desaparece rápidamente, y la mordaza poco después, aunque esta vuelve ocasionalmente nunca es una presencia constante en la escena, por lo que la mayor parte del tiempo sólo son ataduras de pies y manos que no se ven. La mordaza, aparte, está muy mal atada.
Por cierto que esta no es la primera participación de Lizy en la serie, para que sepan más de la chica les cuento que es originaria de Ciudad Victoria, Tamaulipas, que vino a Ciudad de México a estudiar actuación y que además es cantante. De hecho sus apariciones en la serie tienen como objetivo darla a conocer para lanzar su carrera.
Mientras salga atada, por acá la ayudamos en la promoción jejeje
Ha hecho mucho mejores trabajos de bondage en ocasiones anteriores La Rosa de Guadalupe, esperemos que a futuro retomen las buenas costumbres, pus aunque siempre se aplauden los esfuerzos de darnos contenido, ya que van a amarrar a la actriz, mejor hacerlo bien. Pero bueno, al menos Lizy ya debutó en bondage.
Les dejo el video.
Saludos y hasta la próxima
12 de julio de 2016
Dejah Thoris #15
Desde que me fui a España hace ya casi tres años, me alejé muchísimo del mundo del comic, pues ahora que trabajo ya no tengo tiempo ni de pasarme por la tienda que solía visitar cada semana cuando era libre (por cierto hay una petición para que nos den unas vacaciones justas (las mismas que tiene el resto del mundo, pues en ningún lugar se trabaja más que en México, por aquí les dejo el enlace si quieren apoyarla). Y lamentablemente esto le ha costado al blog una de las que fue una de sus secciones más usadas, la dedicada al bondage en los comics. Medio que me gusta mucho, pues fue precisamente a través de el que descubri el bondage.
Pero en fin, ahora que me dieron home office (lo cual debería se runa práctica más generalizada), tuve más tiempo para mi que no perdí en el transporte, y lo usé para ver que había sido de una de las damiselas que más tuvimos por aquí hace unos años. La princesa de marte, Dejah Thoris, cuyas aventuras retomadas de las novelas originales fueron retomadas por la compañía Dynamite Entertainment. Ahora que escribo esto me he dado cuenta de que van tres años de la última vez que saqué un dibujo de la susodicha, disculpas por esto a sus fans.
Aparte de sus interesantes historias, y el rescate y reinvención de personajes clásicos de la literatura de aventuras, las diversas series de Warlord of Mars resultan geniales por sus dibujos, por la breve vestimenta de las marcianas, y porque tenían la sana costumbre de poner a Dejah Thoris encadenada en sus portadas con bastante frecuencia. Así quien no se interesa por las historias.
En fin, me puse a ver que había de nuevo con la princesa de Marte, a quien les comparto aquí en uno de los primeros dibujos que subí, y me encontré con esta portada que nunca antes les había compartido, así que como homenaje a nuestra otrora protagonista damisela, y esperando poder volver a tenerla por aquí más seguido, les dejo esta imagen de Dejah Thoris #15, las letras estorban un poco para ver sus manos aprisionadas, pero bueno, disfrútenla.
Dejah Thoris #15 |
2 de julio de 2016
Inculpada de Frank Knebel - Capítulo 2
Seguimos con esta saga de 11 episodios el primer episodio lo encuentran aquí, la segunda aventura de Copper Ryder a quien conocieron aquí.
Todas las historias que he publicado están aquí
Todas las historias que he publicado están aquí
Capítulo 2
Copper
Ryder mordió con hambre su hamburguesa con queso. Un poco de cátsup y un pedazo
de lechuga cayeron por su mentón, tras colocar su alimento en el plato se
limpió con su dedo, que luego chupó.
-¡Jeb hace las mejores hamburguesas
del mundo!- exclamó mientras se comía unas papas fritas -¿no lo crees tío Sky?-
Sky Ryder
tomó un sorbo de su café. Nunca podía evitar sonreír con el entusiasmo de su
sobrina.
-Buenos, son por lo menos las
mejores en esta parte del estado- contestó mientras se daba media vuelta para
voltear al hombre que estaba en la parrilla.
-¡Copper envía felicitaciones al
chef Jeb!-
Jeb
saludó de vuelta. -son iguales a las que sirven en París- respondió.
Copper
hizo una mueca a su tío
-¿Crees que Jeb alguna vez haya ido
a París?-
-Quitando el tiempo en que sirvió
con la marina, no creo que Jeb haya estado nunca más allá de 50 kilómetros a la
redonda de Kermit. Pero eso no evita que sea un buen cocinero.-
Copper
tomó la hamburguesa con las dos manos y le dio otro mordisco. Sky bebía otro
trago de café cuando una figura familiar entro a la cafetería. Era John
Wilberforce. El alto banquero, que empezaba a quedarse calvo, saludó a Jeb,
quien pareció sorprendido de verlo. Se sentó en la barra y pidió un café.
Copper
notó que Sky veía algo con atención. Dejó su hamburguesa y al terminar de
mascar preguntó qué ocurría.
-John Wilberforce acaba de entrar, y
un banquero próspero como él, rara vez entra a un lugar como éste. Es más e
tipo de persona que iría a un restaurante de gala como Anthony’s o al Country
Club. Puede que no signifique nada, pero veamos que ocurre.
Copper
siguió comiendo su hamburguesa mientras esperaban, Wilberforce vio su reloj
varias veces, a la vez que pedía a Jeb que mantuviera su tasa llena. Cada que
la puerta se abría el banquero volteaba a ver quién entraba, superando sus
intenciones de mantenerse discreto. Minutos después, una atractiva rubia entró
a la cafetería, Willberforce se levantó del banco y la saludó con una voz lo
suficientemente alta para que todo el mundo los oyera. Le dijo lo afortunado
que era de haberse encontrado con ella y que tenían muchas cosas de que hablar.
El ejecutivo levantó su tasa y acompañó a la mujer aun gabinete.
-¿no era ella la nueva secretaria
del señor Willberforce?- preguntó Copper.
-Sí que lo es. Trabajaba como cajera
del banco hasta que todos estos problemas empezaron. Cuando Sherry fue
arrestada, esta chica tomó su trabajo. Se llama Marie Sanders ¿la conoces?
Copper
observó a la rubia cuya blusa escotada y piernas cruzadas bajo su falda
ajustada le daban a Jeb y a varios otros hombres un atractivo espectáculo.
-No, dijo la chica, pero por alguna
razón se me hace familiar… Y parecen estar teniendo un plática muy privada.-
-Podrían ser negocios- dijo Sky con
una falsa inocencia.
Copper lo vio y frunció el ceño.
-Llegaste tarde- dijo Wilberforce con una expresión
cerrada que trataba de ocultar todo sentimiento que no fuera preocupación por
los negocios del banco.
-Y tú estás casado, si es que vamos a empezar a
reprocharnos cosas- contestó ella insolentemente, -¿por qué no la trajiste
contigo?-
-¿está todo bien?- preguntó ignorando la burla.
-Los Foster vienen de vuelta a la ciudad, así que
moví el dinero a otra caja de seguridad.
-¿A la de quién?
-La de un tipo de ochenta años que ahora está
internado en un hospital de Houston, creo que es poco probable que quiera venir
a ver sus medallas antiguas.-, dijo viéndolo fijamente, -tengo que
reconocértelo Johnny, tuviste una gran idea.-
El dejó
ver una amplia sonrisa.
-El último lugar donde alguien
buscaría dinero robado, es dentro del propio banco.
-Ahí está todo excepto el par de
miles de dólares que sembramos a tu secretaria para inculparla.
Su
sonrisa se desvaneció y se limpió la frente con un pañuelo.
-No estoy orgulloso de eso- murmuró
-era una buena secreatria y la pobre ha tenido muy mala suerte.-
-Pero, ella nunca quiso tomar…
dictado contigo digamos- dijo la rubia, -de hecho, estuvo ofendida de que te
atrevieras a sugerirle algo así estando felizmente casado
Él la vio
con una expresión de desagrado.
-Pero a ti no te importa ¿o si?
Ella
sonrió con falsa dulzura
-Recuerda que estoy de tu lado
cariño, tú quieres separarte de Dora, y yo estoy haciendo lo que puedo porque
eso sea posible. Sé paciente y pronto te olvidarás de ella, del banco y de esta
horrible ciudad. Y entonces me tendrás toda para ti.
-Sólo asegúrate de que te tanga
Marie, asegúrate muy bien.
En la enfermería
municipal, Ruth Lesson estaba luchando con todas sus fuerzas pero sin
resultados. Sus muñecas estaban atadas con cinta a las espaldas de la silla
donde estaba amarrada con varios metros más del pegajoso material. No podía
levantarse y con sus tobillos también atados con más cinta, tampoco podía mover
la silla para acercarla a la puerta y patearla para llamar la atención. Además
la cinta que cubría sus ojos le impedían ver si había algún objeto que pudiera
ayudarla, y la fuerte mordaza compuesta de tela dentro de su boca cubierta con
más cinta no le permitían gritar pidiendo ayuda. Vestida sólo en ropa interior,
no estaba acalorada, pero tanto retorcerse había causado que su seno derecho
casi escapara del sostén.
A pesar de todo, su
situación era menos grave que la de la oficial Amy Cole, quien también vestía
sólo ropa interior. Amy estaba boca abajo sobre la mesa de examinación médica,
sólo podía alcanzar la punta de los vendajes que inmovilizaban sus pies y los
sujetaban a pocos centímetros de sus manos esposadas, no podía luchar con
ahínco por miedo a caer al suelo y lastimarse, pues debido a sus ojos cubiertos
con cinta, sólo sabía donde estaban los bordes de la mesa por tacto. Aún
suponiendo que pudiera soltarse del hogtie, bajar de donde estaba iba a serle
imposible.
La única estrategia que ofrecía
alguna esperanza de liberación a ambas cauticas era estar en absoluto silencio,
con el oído atento para escuchar cuando alguien se acercara lo suficiente para
oír sus amordazados gritos de angustia. Llevaban intentando esto ya bastante
tiempo, pero cada aspirante a salvador que se acercaba no las había oído. Así
que esperaban de nuevo, con el silencio sólo roto por un gemido ocasional
cuando trataban de acomodarse en sus posiciones y luchaban un poco contra las
ataduras.
Entonces llegó, el
inconfundible sonido de los zapatos de un hombre en las baldosas del pasillo.
Cuándo el sonido se acercó las dos mujeres empezaron a gritar con toda la
fuerze de que eran capaces. Los pasos se detuvieron y se oyó la voz de un
hombre -¿quién está ahí? ¿pasa algo malo?
Hubo un incremento en los
gritos amordazados del dueto, y la perilla giró
-
¡Dios Mío!
Sky y Copper continuaban
observando a John Wilberforce y a Marie Sanders en el café, pero no lograban
descubrir nada sospechoso y la chica estaba especialmente impaciente con este
trabajo con poca acción.
-
¿Qué esperas sacar en claro tío Sky?, preguntó
gentilmente.
-
No lo se realmente Copper, pero si Sherry fue
inculpada, y eso es lo que parece, John Wilberforce es quien más posibilidades
tiene de ser el verdadero ladrón.
-
¿Quieres decir que lo hizo para poder escapar con
esa rubia? – preguntó Copper quien se emocionó ante el prospecto de una
aventura, -sabes… ella comparte un apartamento con una mesera y con una
bailarina exótica de ese club que abrieron por la autopista.
-
¿y acaso cualquier persona que tenga cuartos de
sobra que rente a otras chicas que trabajan de noche es necesariamente un
personaje tenebroso?, por lo general la gente roba sólo por la ambición de
dinero.
-
No se si sepas esto- dijo Copper en voz baja tras
ojear el cuarto para ver que nadie escuchara -Pero Sherry me dijo que hace unos
meses el sr. Wilberforce le había estado haciendo sugerencias románticas. No
era nada que ella no pudiera quitarse de encima, pero me contó que también le
sugirió que quería dejar a su esposa.
-
Y eso ocurrió poco antes de que el dinero desapareciera
-respondió Sky asintiendo.
Wilberforce se levantó de
su lugar y caminó a la registradora, Marie se quedó atrás. Después de pagar la
cuenta, Wilberforce abrió la puerta, cedió el paso a dos personas que entraban,
una de las cuales era el sheriff Winchell, y salió del lugar.
-¿no vamos a seguirlo Sky? – preguntó Copper, -tal vez
nos lleve a donde está el dinero.
-Ojalá las cosas fueran tan simples- respondió Sky
sonriendo.
Winchell, caminó por el
lugar y se acercó a ellos.
-¡Hola!, Sky, Copper- Los saludó -Recibí el mensaje de
que querían verme y como no he almorzado decidí acercarme.
-Gracias por venir Winch, queríamos platicar sobre Sherry
Johnson.
-Eso imaginé, sabiendo que es tan buena amiga de Copper y
que el caso sugiere que pudieron incriminarla.
Una camarera se acercó
para tomar la orden de Winchell, y después Sky y el sheriff se pusieron a
discutir estrategias para ampliar las investigaciones. Copper pronto se
distrajo perdiendo el interés en la conversación y en lugar de eso se puso a observar
a Marie que seguía en su gabinete. La rubia se maquillaba sin prisa. Copper la
observaba como si en cualquier momento fuera a levantarse a confesar la
inocencia de su amiga, pero eso no pasó. Unos minutos después la mujer se alzó
y caminó afuera. La mesera volvió con la comida de Winchell, y dado los dos
hombres seguían inmersos en su discusión, Sky no se dio cuenta de la partida de
Marie. Segura de que ella obtendría resultados más rápido que su tío, Copper
decidió actuar sola.
-Me disculpan un momento- dijo levantándose y dejando a
los hombres solos.
Cerca del baño de
mujeres, había una segunda puerta a la calle, por la cual Copper salió
discretamente evitando ser vista. Afuera, trató de encontrar a Marie y alcanzó
a verla subiéndose a un coche deportivo. Aunque sabía que su furgoneta no sería
suficiente para mantener el paso de ese vehículo si se daba una persecución,
Copper fue a su coche y se subió. Acababa de prender el motor cuando una figura
con uniforme caqui se le acercó. La joven se quedó para sí.
-Nunca me di cuenta de que el parquímetro se había
vencido oficial- argumentó Copper anticipando una multa.
-Hola Coppelia- le respondió una voz de mujer.
Copper quedó sorprendida,
la oficial Cole nunca había usado su nombre verdadero, volteó a la oficial, y
la mujer de uniforme bajó sus gafas oscuras.
-
¡Sherry!- exclamó Copper -¿qué haces con ese
uniforme?
Sherry bajó la mano y
cubrió la boca de Copper para callarla
-Estoy escapando
-Bueno métete al carro rápido, tenemos que seguir a esa rubia.
Sherry dio la vuelta y se
subió al asiento del copiloto, al meterse dejó un bulto blanco en el espacio
entre ellas, mismo que Copper vio intrigada.
-Es un cambio de
identidad si me hace falta- explicó la prófuga -espero que la rubia a la que
seguimos sea a quien estoy buscando.
Rita Everett estiró su mano con una manicura
perfecta y prendió el radio en la mesita de patio, junto a la cual estaba
recostada tomando el sol en una tumbona. Una banda de swing sonaba en las
ondas, y la pelirroja dejó la música sonar por unos momentos a todo volumen.
Luego pensó que sus vecinos se quejarían y bajó el volumen para no molestar.
Había un vaso con un té helado junto al radio, el cual agarró para tomar un
refrescante trago, como tuvo que estirarse para alcanzar el recipiente,
aprovechó para revisar su bronceado.
Toda la piel que no estaba cubierta por su bikini
tenía un buen color. Ya había tenido un momento para nadar en la piscina de su
departamento y una sesión de ejercicios matutinos, el bronceado era lo único
pendiente para mantener su cuerpo perfecto para sus presentaciones en el club
donde era bailarina. A los hombres que iban les gustaba verla bronceada y
aumentaban sus propinas recompensando su esfuerzo. Aunque su traje de baño era
bastante breve, intentó bajar las copas del brassiere un poco más para evitar
que una línea de piel blanca pudiera verse cuando se pusiera su atuendo. Le
hubiera gustado poder quitarse el brassiere del todo. Pero su vecino, el viejo
señor Higgins, seguramente estaba espiándola y no planeaba darle ese gusto.
Un ruido en el apartamento llamó su atención. Era
su compañera de piso, Liz Martin. Apenas despierta, la camarera de pelo castaño
caminaba confundida por la sala vestida en un breve camisón. Después de
tropezar con la mesita, encontró su camino a la cocina y abrió el refrigerador.
-¿hay
café? – preguntó a Rita
-Está
en la cafetera desde hace más de dos horas- le contestó reprochando su flojera.
No se escuchó ninguna respuesta, pero un minuto
después Liz apareció por la puerta corrediza que daba al patio con un jugo de
naranja en una mano y una taza de café en la otra, su ropa de noche apenas
tapaba su figura.
-Yo
soy la que está en el mundo del espectáculo linda- dijo sin levantarse de la
tumbona en referencia a su provocativo atuendo.
-Sólo
quiero saludar al señor Higgins- dijo Liz antes de beber un trago de jugo.
-Métete
antes de que te arresten por exhibicionismo.
-Tengo hambre- dijo Liz
ignorándola -¿aún tendremos oreos?
La chica se metió de vuelta al piso para buscar sus
galletas.
Copper y Sherry intentaban mantener el ritmo del
auto deportivo de Marie, mientras la prófuga relataba su escape a su amiga.
-
¿entonces las dejaste atadas y amordazadas en la oficina de la enfermera?
-
Tenía que hacer algo para tener tiempo de escapar, pero deben estar bien, estoy
segura que alguien ya debe haberlas encontrado.
-Pero
Sherry, ¡esto es una locura!, el fugarte te hace ver culpable. ¿por qué no te
entregas? Sky, el sheriff y yo te ayudaremos. Sky cree que Wilberforce y su secretaria
están involucrados.
Sherry asintió. – Es lo que he pensado desde el
inicio, pero no tengo pruebas, así que ni siquiera se lo mencioné a mi abogado.
-
¿Por qué
no te entregas y nos dejas manejarlo?- insistió Copper.
Sherry negó con la cabeza.
-
Sé que es
una locura, pero ya empecé y ahora voy a llegar hasta el final. Lo que no
quiero es meterte a ti en dificultades.
Copper meditó un momento.
-
Bueno, de
momento diremos que he sido tomada como rehén por una prófuga de la cárcel. ¡Oh
demonios, la vamos a perder!
Dos camionetas pick up que jalaban carros para
transportar caballos, se pusieron entre ellas y el deportivo de Marie. La
situación no sólo obligó a Copper a bajar la velocidad, sino que tanto ella
como Sherry perdieron de vista al carro, éste podía dar vuelta en cualquier
salida sin que lo notaran, y así fue, pues cuando las camionetas se hicieron a
un lado, la mujer a la que seguían había desaparecido.
-
¿Ahora
qué? – preguntó Copper.
-
Date la
vuelta aquí, si va de regreso al banco no hay manera de que pueda mantenerme
cerca de ella para vigilarla, pero si de casualidad va a su departamento
entonces tal vez podamos sorprenderla.
-
¿Qué
piensas hacer?, preguntó Copper mientras daba vuelta donde le indicaron.
-
La voy a
hacer confesar – respondió Sherry con determinación.
Sky comenzaba a preguntarse donde estaba su
sobrina. Le había pedido a la mesera que revisara en el baño de mujeres, con
temor de que Copper pudiera haberse sentido mal.
-No
está ahí Sky- le dijo la mesera tras revisar.
-
Gracias Joanne- murmuró -y entonces donde se habrá metido-
-No
puede estar muy lejos- lo calmó Winchell
Sky estaba a punto de responder cuado alzó la vista
y se dio cuenta que en el lugar donde estaba Marie Sanders ahora había una
pareja de ancianos.
-Demonio
de chica. Creo que puede estar a punto de meterse en un problema, ¿me puedes
ayudar Winch?-
-Por
supuesto Sky, con gusto.
Fue interrumpido por el sonido de la puerta al
abrirse. El oficial Charlie Barnes, que rara vez se movía con velocidad, corrió
a través de la cafetería.
-Sheriff,
Sheriff venga rápido- gritó – ¡La chica Johnson se escapó!
Winchell volteó a ver a Sky.
-Parece que más bien soy yo quien
necesita tu ayuda Sky.
-Estoy
justo atrás de ti Winch.
Los tres hombres dejaron la cafetería rápidamente.
Sherry y Copper vieron a través del estacionamiento
hacia el apartamento de Marie Sanders, donde podían ver a Rita bronceándose en
su patio.
-Esa
es su casa- Dijo Sherry.
-¿Quién
es la chica del bikini?- preguntó Copper
-Una
de las que viven con ella, creo que es la bailarina- Sherry abrió la puerta de
la furgoneta -tú quédate aquí, yo voy a visitarla.-
-
¿pero qué piensas hacer?, no veo el coche de Marie, seguro que no está adentro.
-
Entonces me encargaré de que cuando llegue se ponga muuuy nerviosa- dijo Sherry
con una sonrisa amenazante.
Se alejó cruzando el estacionamiento hacia la
figura recostada en la tumbona. Copper no podía escuchar lo que decían, pero
tras unos minutos las dos se metieron al apartamento y desaparecieron de su
vista.
-Cómo
te lo dije- explicaba Rita pensando que Sherry era una policía -Le dije a Liz
que no saliera con tan poca ropa, pero debe entender que se acababa de levantar
y no se dio cuenta de que estaba escandalizando al vecindario.
Liz, que aún vestía su
revelador camisón se asomó desde la cocina con una oreo a medio comer en su
mano.
-¿Qué pasa?
-¿Ustedes
dos viven con Marie Sanders?- preguntó la oficial.
Ambas asintieron
-¿Está
en la casa?
-Lo
más probable es que esté en el banco trabajando- respondió Rita -¿de qué se
trata esto?
-
Lo siento mucho, pero entonces tengo que entregarles esto a ustedes- dijo
Sherry metiendo su mano en su bolsa, pero en vez de un documento sacó una
pistola y la apuntó a las chicas.
- Que
a ninguna de las dos se le ocurra hacer un sonido- amenazó -Tú, la de la
galleta, déjala y ve a buscar unas cuerdas.
Veinte minutos después tanto Rita como Liz estaban
sentadas en la cama de esta última. Sus manos estaban atadas a sus espaldas y
sus brazos sujetos a sus torsos en varios puntos. Las piernas de Rita ya
estaban amarradas tanto en los tobillos como sobre las rodillas, y Sherry
estaba terminando de inmovilizar los tobillos de Liz.
-Esto
me parecería más lógico si fuera un hombre quien nos lo hiciera- comentó Rita.
-No
tienes que entender nada- contestó Sherry -esto es simplemente la manera en que
voy a enviar un mensaje a su compañera.
-
¿quieres amarrar a Marie?- Preguntó Liz
Sherry se rio.
-Después
de todo lo que me ha hecho pasar, eso sería un castigo muy pobre -reflexionó
-No, será algo mucho peor para ella si no aparece y confiesa la verdad sobre lo
que pasó en el banco.
Rita reaccionó con sorpresa al hilar cabos.
-Tú
eres esa mujer del juicio ¿verdad?, ¿por qué no estás en la cárcel?
-Lo
único importante es que estoy afuera, y creo que Marie tiene el dinero robado,
o al menos sabe quién lo tiene. Y si no lo confiesa entonces la haré confesar.
Se levantó y se puso a revisar el ropero mientras
sus prisioneras probaban la efectividad de las ataduras.
-Esto
es una locura- protestó Rita -nosotras no te hicimos nada y no sabemos nada
sobre el dinero, ¿por qué nos amarras?
Sherry regresó con un par de calzones y varias
mascadas. Hizo bola uno de los calzones y los sostuvo frente a la cara de Rita.
-Cuando
estás desesperada, a veces haces locuras. Por eso les estoy haciendo esto, y le
voy a hacer cosas mucho peores a ella, ahora abre la boca.
Reticentemente, Rita separó sus labios y Sherry le
metió los calzones en la boca, después los aseguró adentro con una de las
mascadas que pasó entre sus labios y ató detrás de su cabeza. Liz empezó a
sollozar al ver que Sherry tomó los otros calzones y empezó a preparar su
mordaza.
-¡No!-
suplicó -por favor no…-
Sherry agarró su pelo y jaló su cabeza hacia atrás.
Cuando abrió la boca le metió los calzones y aseguró éstos adentro con una
mascada, como había hecho con Rita. Las dos compañeras amordazadas se vieron
indefensas la una a la otra, hasta que, con dos mascadas más, Sherry les vendó
los ojos.
-Ahora
vamos a ponerlas más cómodas- les dijo tras privarlas de la vista.
Sherry levantó las piernas de sus prisioneras y las
subió a la cama, puso a Rita boca abajo y dobló sus piernas hasta que sus
tobillos se acercaron a las muñecas. Mientras la chica protestaba bajo la
mordaza, Sherry tomó una cuerda corta y la amarró en un hogtie. Pronto, Liz
compartió su destino, y tras recostar a cada mujer sobre su costado la captora
las vio con satisfacción durante un minuto.
-Y
ahora, vamos por la parte alocada-
Se agachó sobre Liz, y bajó su camisón todo lo
posible para exhibir los pechos de la mujer. Con Rita, alcanzó el lazo de su
bikini en su espalda y lo desató quitándole todo el top que arrojó a un lado de
la cama, dejando su torso completamente desnudo.
-Cuando
Marie las encuentre así, quiero que piense en lo que le voy a hacer a ella si
no dice la verdad-
Sherry dio una nalgada en el apenas cubierto
trasero de cada chica antes de salir de la habitación. Se dirigió al cuarto de
Marie y buscó por todos lados, abriendo cajones, levantando el colchón y
sacando las ropas del armario.
Interrumpió su búsqueda al escuchar un ruido a sus
espaldas, alguien más estaba en el apartamento, sacó su pistola y se ocultó
detrás de la puerta. Copper Ryder estaba caminando sigilosa por el pasillo.
Guardando su arma, Sherry se le acercó por la espalda.
-¿Qué estás hacien…?- Copper no pudo terminar la
frase antes de que la mano de Sherry le cubriera la boca. Apuntó a la
habitación donde había dejado a Liz y a
Rita, y sin destapar la boca de su amiga la llevó al umbral de la puerta.
Cuando vio a las dos mujeres indefensas, Copper dejó oír una exclamación de
sorpresa que se ahogó en la mano de Sherry, y que consiguió que la prófuga
apretara más su mano. Con los ojos abiertos de sorpresa, Copper las señaló,
Sherry le indicó con un gesto de cabeza que se movieran a otro lado, Copper asintió
y se alejaron de la alcoba.
Durante todo el viaje por el pasillo, frente al
saqueado cuarto de Marie y hasta llegar a la sala, Sherry mantuvo su mano sobre
la boca de su amiga, y lejos de las prisioneras finalmente la soltó y le indicó
que se quedara callada. Las dos salieron por las puertas del patio y no
cruzaron palabra hasta estar de vuelta en la furgoneta.
-¿Qué
les hiciste a esas dos?- gritó Copper sin recuperarse de la impresión.
-No
les hice nada aparte de amarrarlas, ninguna tortura ni nada, y averigüé que no
saben nada del dinero-
-
¿y no estaba en el cuarto de Marie?
-
No esperaba que estuviera, es demasiado inteligente para tenerlo allí
-
Pero entonces ¿por qué les hiciste todo eso?, esas chicas son inocentes
-
Por una sola razón, necesitamos de nuevo escapar sin que alerten a nadie, así
que no podía dejarlas libres- Pausó un momento y volteó a ver a Copper con una
sonrisa maliciosa -y porque cuando las encuentre así, espero que Marie se
asuste mucho.
Copper arrancó el motor, y se alejaron del lugar.
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