Como prometí, una de las cosas más interesantes que tendríamos para esta temporada son las historias de damiselas en apuros de Frank Knebel, cuyos personajes han sido desarrollados a lo largo de varias sagas que hacen homenaje a los seriales de la televisión estadounidense de los años 50, y que se han venido publicando hace años en la siempre interesante web de Jeb's Adventure Bound
Frank Knebel ha trabajado con dos personajes, por un lado las mujeres Ellsworth, relacionadas con el detective Henri Peugot, y cuyas aventuras ocurren en Europa. Y por el otro Copper Ryder y un nutrido elenco de mujeres del pueblo de Kermit, en Arizona, que siempre se las arreglan para acabar prisioneras mientras el sheriff y el piloto Sky Ryder atrapan a los villanos que las tienen en sus garras. Esta es la saga en la que más ha trabajado, pues ya se extiende por seis aventuras. Pero todo empezó con la primera, que tiene seis capítulos y cuya primera entrega tenemos aquí.
Antes de que empiecen debo decirles que de todas las historias escritas por Frank Knebel, el capítulo que traigo hoy es el único donde no hay ninguna mujer amarrada, tendrán que esperar a la segunda entrega para ello. Aún así, aquí conocerán a los personajes que tendremos regularmente a lo largo de la saga, y ya pueden ir imaginando que los tres personajes femeninos que conoceran tienen algo, o más bien mucho, de bondage en su futuro.
Sin mayor preámbulo agradezco a Frank Knebel por dejarme traducir sus historias para compartirlas con los aficionados al bondage de habla hispana, y si quieren conocer las historias en su versión original, pueden hacerlo en este enlace.
Y en este otro tienen una guía de todas las historias de bondage en el blog
Y en este otro tienen una guía de todas las historias de bondage en el blog
Disfruten.
La Fugitiva
Una Aventura de Sky Ryder.
Por Frank Knebel
Consideren esta pequeña saga un ejercicio de nostalgia revisionista. Si bien todos recordamos con cariño las cosas del pasado, aquellos que somos aficionados al bondage siempre hemos tenido el deseo de que aquellos antiguos programas de tv hubieran sido un poco más atrevidos, a pesar de lo imposible que eso resultaba en aquellos años. Este es un homenaje a un programa de los años 50, la gente buena sigue siendo buena y la mala, mala. El final feliz siempre es inevitable, pero toda la historia será mucho más agradable para nuestros intereses adultos. Así que siéntense y disfruten, oh, y si pueden imaginen esto en blanco y negro.
Capítulo 1
Los controles del Cessna se sacudieron primero a la derecho, y luego violentamente a la izquierda. La nariz del avión apuntó amenazante hacia el suelo de Arizona por unos segundos, antes de que el aeroplano se estabilizara.
“¡Recórcholis! ¿qué pasó Tío Sky?”, preguntó una asustada mujer rubia mientras colocaba las manos de vuelta en el volante de su lado del panel de control.
“No estoy seguro Copper”, respondió el alto y apuesto hombre que la acompañaba. “Supongo que una corriente de aire del cañón te desestabilizó, y debiste haberte movido muy violentamente al tratar de corregir el rumbo”. Sky, muy atlético para sus cuarenta años, se reacomodó el sombrero vaquero que se le había caído en el movimiento del avión.
La Hermosa y bien torneada muchacha tragó saliva y se aferró al control. Una vez que superó el susto volteó a ver a su tío con el ceño fruncido.
“Nunca seré ni la mitad de talentosa como piloto de lo que eres tú Tío Sky”, a lo que añadió “No importa cuanto me insistas en no mover bruscamente los controles, no dejo de equivocarme”.
Sky Ryder sonrió indulgente.
“Claro que lo dominarás Copper”, dijo, “Una vez que hayas volado tanto como yo, y enseñado a otros a manejar podrás hacer toda clase de piruetas sin ningún riesgo. Sólo espero que nunca tengas pilotos japoneses disparándote en el aire como inspiración, tal y como a mí me pasó, pero con paciencia serás una gran piloto”.
Copper reflexionó unos instantes y luego sonrió.
“Tienes razón Sky, si hubiera estado en el ejército y en la guerra o hubiera sido instructor de vuelo o pilotado jets como tú, un paseíto como este sería muy sencillo para mí.
Sky la vio de reojo.
“Ese es el espíritu, ahora que tal si yo hago algunas piruetas, y una vez que veas como lo hago tu tomas los controles y haces otras tantas”.
“¿en serio?”, preguntó emocionada.
“Tu entrenamiento continúa de inmediato”.
Durante los siguientes quince minutos Sky y Copper sacaron al avión de cada vez más complicadas fingidas situaciones de peligro, y la chica mejoró a cada instante.
“¿los ves?”, dijo Sky mientras Copper estabilizaba el aeroplano después de una caída libre, “sólo se necesita práctica”.
Antes de que Cooper pudiera responder, fueron interrumpidos por una llamada de radio.
“Llamando al colibrí. Llamando al colibrí. ¿estás ahí Sky?, cambio.” Era la voz de su amigo el sheriff Winchell.
Sky descolgó el micrófono del radio de su lugar.
“Aquí el Colibrí. ¿qué puedo hacer por ti Winch?, Cambio”.
“Necesito tu ayuda Sky”, respondió Winchell. “Tenemos a un fugitivo de prisión en el área. Ven a tierra para que te pueda dar los detalles mientras cargas gasolina cortesía de la comisaría. Cambio”.
“Tengo que pasar por mi rancho para recoger mi placa y mi pistola, y de ahí voy directamente contigo Winch, cambio y fuera.”
Sky manejó el avión con elegancia y se dirigió a su rancho la diadema voladora. La ciudad de Kermit estaba a 20 kilómetros al oeste del rancho, y el pequeño aeródromo de la localidad un poco más lejos.
“Recórcholis Sky”, exclamó Copper, “una auténtica aventura, esta va a ser una de las cosas más emocionantes que he hecho".
Sky volteó a ver a su sobrina.
“Espera un segundo jovencita”, dijo cortante. “En primer lugar una cosa así rara vez es emocionante, suele resumirse en una aburrida búsqueda de rutina y el fugitivo suele rendirse tan pronto lo encontramos.”
La ansiosa expresión de Copper se desvaneció, mientras Sky añadía con firmeza:
“Y además tú no vas a acompañarnos, es muy peligroso”.
La imagen en el rostro de Copper se transformó e algo cercano a la agonía.
“Pero Tío Sky”, protestó, “acabas de decir que todo es rutinario, ¿dónde podría estar el peligro?”
Sky asintió
“Ya sé lo que dije, y suele ser verdad. Pero en las raras ocasiones en que el sujeto no se da por vencido de inmdiato, existe la posibilidad de un verdadero problema”.
Copper abrió la boca para protestar, pero Sky soltó una mano del control y la puso sobre su boca, silenciando cualquier futura protesta.
“No vamos a discutirlo Copper”, dijo secamente, “Aunque ya tienes 21 años y ya no necesitas un tutor legal, aún me siento responsable de cuidarte, y eso incluye mantenerte lejos de cualquier prófugo de la justicia.”
Copper sabía por el tono de voz de su tío que era inútil seguir discutiendo, por lo que se limitó a soltar un gruñido de indignación mientras se hundía en su asiento, cruzando los brazos bajo sus abundantes pechos y poniendo una mirada de enojo mientras veía fijamente hacia el frente.
Sky la vio de reojo
“Además” señaló casualmente, “con todos nuestros hombres fuera de casa mientras cuidan el ganado y reparan las cercas, necesito a alguien que cuide el rancho y monitoreé el radio”.
Copper volteó a verlo, con la mirada de enojo desaparecida.
“¿en serio?”
Sky asintió. Cooper reflexionó un momento y luego su rostro se iluminó un poco.
“Ok tío Sky, te ayudaré, ¿qué tengo que hacer?”
Durante los minutos que precedieron al aterrizaje, Sky le dio a la cada vez más entusiasta Copper una lista de tareas sencillas pero necesarias. Terminó con una advertencia.
“Lo más importante es que siempre mantengas las puertas cerradas, y que mantengas un ojo avizor para cualquier cosa sospechosa que puedas llegar a ver. Si vez al fugitivo, o simplemente sospechas que lo has visto cerca del rancho, llama inmediatamente al sheriff y vete con tu caballo a los pastizales del norte. Merrill, Bailey y Norman estarán ahí y tienen un par de rifles, no trates de ser una heroína”.
“Oh, te juro que no lo haré “, prometió Copper.
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Sky aterrizó a El Colibrí en la pista detrás de su casa, mientras bajaban por el ala del avión vieron una furgoneta aparcada en la entrada principal, una mujer estaba apoyada en el carro y los saludó mientras se acercaban.
“¿Quién es?” Pregunto Sky mientras trataba de cubrir sus ojos de los rayos del sol.
Copper hizo un gesto de molestia
“Es nuestra vecina, Summer Smith”, murmuró
Sky mostró una amplia sonrisa y saludó de vuelta.
“¡Vaya! Que agradable sorpresa”
Copper vio a su tío como si fuera un niño incorregible.
“Sorpresa mis pantuflas, esa mujer tiene puesto el ojo en ti hace meses, siempre pasa por aquí de casualidad para verte”
Sky la vio algo sorprendido, pero siguió sonriendo.
“Bueno, no conozco a ningún hombre que se quejaría de ello, ¿tú si?”
“Supongo que es atractiva, si te gustan las personas así”
La expresión y el tono de Copper claramente indicaban que a ella no le agradaba.
“Y a ti claramente te gustan las ancianas”, concluyó
Sky se rió
“Summer apenas tiene 30 años, ciertamente es mucho más joven que yo”
“Pero su esposo era más de veinte años mayor que ella, ¿no te has preguntado si ella tuvo algo que ver con su muerte?”
Sky rio de nuevo y negó con la cabeza.
“Hank se murió en un accidente en California, y aunque era dueño de muchos ranchos, a ninguno le iba muy bien cuando el los administraba. Creo que Summer ha mostrado ser muy emprendedora al vender los otros y quedarse con el que tiene aquí para explotarlo al máximo.”
Copper se mantuvo indiferente.
“Hay muchas mujeres en estos rumbos que andan tras de ti Sky. Todas saben que eres un gran partido y harán lo que sea por tenerte, en especial Summer”.
Sky pasó uno de sus brazos sobre el hombro de Copper, halagado por sus obvios celos protectores, y mantuvo su buen humor.
“Sólo dejaré que me tengan cuando crea que es una buena idea. Vamos a ver que quiere”
Summer Smith era de cabello oscuro, una cabeza más alta que Copper, bonita y de una maravillosa figura femenina. Vistiendo unos ajustados pantalones de mezclilla, una blusa roja, que asentaban muy bien su busto, y un sombrero tejano, se veía particularmente atractiva.
“Debieron pasar una buena mañana volando”, dijo con una sonrisa cuando la alcanzaron.
“Sin duda, que lindo verte Summer”, respondió Sky.
Espero un instante y luego dio un discreto codazo a su sobrina.
“Buen día señora Smith”, dijo malhumorada.
Summer se sintió tan divertida como Sky con la actitud de la joven.
“Buen día Copper, te vez muy linda el día de hoy”.
Copper no respondió y Summer volvió a dedicarse a Sky.
“Hemos tenido problemas con una de las bombas de agua para atender al ganado, quería ver si podías ayudarme Sky”.
Describió el problema a detalle, y luego escuchó atenta mientras Sky le explicaba que estaba fallando y que tenía que hacer para arreglarlo. Durante todo ese rato Copper se mantuvo con la cabeza gacha, removiendo la tierra con la punta de su bota y voltenado a ver ocasionalmente a Summer con una mirada sospechosa. Cuando Sky terminó la mujer le agradeció.
“Entonces me voy a Kermit para comprar las refacciones”, dijo, “¿necesitas que te traiga algo ya que voy para allá?
“No, gracias Summer”, respondió Sky, “ah y por cierto, no le des un aventón a nadie el día de hoy. El Sheriff habló para advertirnos que hay un prisionero que se fugó por esta zona”
“No te preocupes por mí, tendré cuidado y tengo un arma en mi furgoneta. por cierto ¿vas a llevar a alguien al baile la noche del sábado?
Sky sonrió
“Pues no, ¿crees que deba invitarte?
Summer sonrió de vuelta.
“demasiado tarde, ya te invité yo a ti”
“Entonces estaré feliz de verte ese día”
“Y con suerte nos toparemos un poco antes”
Sky observó con interés a Summer mientras la mujer volvía a su auto. Sólo hasta que arrancó y se alejó Copper separó los ojos del suelo para ver la furgoneta alejarse.
“¡Oh Sky!”, se quejó, “ ¿para qué le advertiste?”
Sky le lanzó una mirada reprobatoria aunque cariñosa.
“Honestamente, no creo que quieras que Summer se tope con un criminal, ¿o sí?”
“Pues… supongo que no”, admitió, “pero no me gusta como intenta ligarte”.
Se metieron a la casa. Sky recogió su placa de alguacil y su pistola, y le dio a Copper un fuerte abrazo y una advertencia final.
“Recuerda: ten cuidado y mantente alerta”.
“Lo prometo”
Lo siguió de vuelta al avión y se despidió conforme se alejaba en el aire.
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Summer Smith se había alejado unos kilómetros del rancho La diadema voladora cuando alcanzó a ver una figura de algún tipo yaciendo entre el camino y una formación rocosa cercana.
“Parece que alguien se cayó desde las rocas”, se dijo, “pero será mejor tener cuidado”.
Abrió su guantera y sacó su pistola automática calibre 25. Cuando orilló el auto, sintió alivio al descubrir a una mujer inconsciente yaciendo en el suelo. Se detuvo a unos metros de distancia, colocó su pistola en el cinturón y bajó del vehículo.
Summer se arrodilló al lado de la mujer, y con cuidado la giró boca arriba. La mujer de cabello castaño gimió suavemente. Era alta y de figura atlética, delgada pero de buenas curvas, y su rostro se revelaba atractivo a pesar de la tierra que tenía en la mejilla. Vestía un overol gris y unos tenis. Después de otro gruñido parpadeó un par de veces y abrió sus ojos avellanados.
“¿qué me pasó?”, preguntó mareada.
Summer sonrió aliviada
“Supongo que te caíste de esas rocas, no te muevas, estarás bien”.
“¿quién eres?”, le preguntó preocupada mientras veía la pistola en su cinturón, “y ¿por qué llevas eso?”
“Me avisaron que hay un prisionero fugado por esta zona, así que la llevo por precaución. Pero obviamente no eres tú”
Los ojos de la mujer se abrieron asustados y sus manos agarraron con fuerza el brazo de Summer.
“No, pero sí lo vi, por eso me caí, me asusté y estaba intentando de alejarme de él”
Apuntó hacia la roca más alta de la formación
“Estaba allá arriba, lo vi”
Cuando Summer volteó a ver hacia la dirección donde la chica apuntabam la mano de la mujer se movió con más velocidad que una serpiente. Se abalanzó sobre ella y agarró la pistola de su pantalón. Summer Smith quedó incrédula al encontrarse viendo el cañón de su propia arma que le apuntaba.
La expresión de confusión de la otra mujer, fue remplazada por una de triunfo.
“Acerca de ese prisionero cariño, yo sin duda no soy él, pero definitivamente soy ella. Ahora que nos hemos encontrado, vamos a conocernos mejor”.
Se levantó, jalando a la sorprendida ranchera tras ella, y tras una rápida revisión de los alrededores señaló con la pistola a un rincón escondido entre las rocas, dando un pequeño empujón a Summer.
“Muévete para allá donde nadie te vea”, ordenó, “y empieza a desvestirte”.
Excelente redacción; siempre es mejor tener una introducción nutrida de los personajes, especialmente los femeninos, antes del momento que todos queremos leer, gracias mil.
ResponderEliminarQue bueno que te gustó, y ya a partir del próximo episodio, nuestras tres mujeres empezarán a verse en problemas.
EliminarConcuerdo.
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