15 de diciembre de 2015

La Fugitiva de Frank Knebel - Capítulo 6

Hace dos semanas que estoy trabajando, y como consecuencia de nuestra jornada laboral de 8 horas, y de la cantidad de tiempo perdida en transporte, me he visto obligado a dejar esto medio abandonado. Lo bueno es que me gusta mi trabajo, pero me he convertido en abogado de la reducción de la jornada laboral a 6 horas, de modo que tengamos tiempo de trabajar y de vivir, el cual he perdido.
En fin, los invito por un lado a que escriban a sus políticos para poner este tema en la agenda de toda Latinoamérica, y dejamos el asunto para hablar de bondage.

Tenemos la conclusión de la historia de Frank Knebel, con nuestras tres damiselas en apuros
Aquí están los episodios anteriores : cinco, cuatro, tres, dos y uno

Y aquí está la guía de todas las historias de bondage en el blog 


Capítulo 6



    La oficial Amy Cole observaba indefensa a la vela encendida colocada en el centro de un sartén lleno de un fluido. No sabía que era el líquido, pero cualquier cosa utilizada por una pirómana debía ser muy volátil. Esa pirómana le había dicho a Starr que ese líquido no fallaría a la hora de provocar un incendio, y Amy no podía encontrar ninguna razón para no creerle.
    Se retorció inquieta en la silla, pero lo único que se movió un poco fue la placa que Starr había colocado en sus bragas. Estaba completamente inmovilizada por la cinta y la cuerda, y sabía que nunca podría liberarse antes de que la vela se derritiera, y prendiera el líquido en llama. No tenía escapatoria.
    Starr incluso se había burlado de obligarla a observar su trampa mortal. La pobre Summer, que obviamente seguía atada e indefensa en la alcoba, compartiría el destino de Amy, pero probablemente nunca sabría que ocurriría. Amy en cambio tendría que ver cada detalle. Renovó su lucha, tenía que haber alguna manera de soltarse y salvarse a si misma y a Summer. Un poco de cera de la vela cayó al líquido. Amy contuvo la respiración. No inició el incendio, pero la policía sabía que era cuestión de tiempo.

    El sol de media tarde brillaba y calentaba mientras Starr Bell conducía al sur por el camino que salía del rancho de Sky. Vio de reojo a Copper, que estaba sentada a su lado.
    “¿habías estado desnuda atada y amordazada en un coche antes niña?”
Copper respondió con un gruñido debajo de la cinta y la tela que la amordazaban.
    “Oh, si, ya lo se, tienes 21 años, ya no eres una niña”, bromeó la prófuga. Metió dos dedos debajo de los calzones de su cautiva
    “Y técnicamente, tampoco estás desnuda. Pero no te preocupes, dentro de poco me encargaré de que lo estés”
Copper gimió alarmada, Starr rió.
    “No te preocupes cariño, te voy a tratar bien, muuy bien”.
Acarició el muslo de Copper con su mano derecha. La chica, que no podía alejarse más de lo que estaba, se puso a buscar desesperada en el cielo en todas direcciones, Starr lo notó.
    “¿qué estás buscando dulzura? Ah, claro, a tu tío el aviador ¿verdad? Bueno, déjame decirte que dejé bastantes problemas en tu casa, por lo que el y los hombres del sheriff van a estar ocupados un rato”
    Copper la ignoró y siguió buscando.
    “De cualquier manera, será mejor escondernos hasta que esté oscuro, será más difícil que un avión nos vean en la noche.
    Cubrió sus ojos del sol, mientras revisaba los lados del camino en busca de un escondite cercano.


    Summer Smith gimió y se retorció débilmente, tratando de encontrar una posición más cómoda en la cama de Sky. Estaba atada muy fuertemente, como lo había estado prácticamente todo el día, que ya no le quedaba la más mínima ilusión de poder desatarse. También seguía con los ojos vendados, pero cuando Starr se había llevado a Copper había dejado la puerta abierta. Por ello Summer sabía que la fugitiva se habíha ido de casa, y asumía que se había llevado a Copper con ella. Aunque estaba preocupada por su vecina, Summer también esperaba que el escape de Starr significaba que pronto alguien la encontraría y liberaría. Trató de consolarse con esa idea, sólo era cuestión de tiempo.


    Sólo le tomó a Starr unos minutos encontrar una formación rocosa donde pudo esconder su vehículo. Tras hacer esto sacó una manta de la parte trasera de la furgoneta y la extendió en el suelo. Copper fue sacada del carro y colocada en el suelo, sobre la tela. Mientras la chica se retorcía contra las ataduras, la fugitiva se concentró en camuflar el vehículo con ramas.
    “Perfecto” declaró la prófuga, “tu tío nunca nos verá desde arriba”.
Se sentó al lado de Copper y empezó a desabotonar su camisa, observando a la prisionera con una sonrisa ansiosa.
    “Y lo mejor es que tenemos tiempo para conocernos más personalmente”
Copper se congeló incrédula, al ver como la criminal se despojaba de camisa y brasiere. Starr comenzó a acercarse a su prisionera pero se paró en seco.
    “Oops, creo que esto va a estorbarnos”
Buscó en su cintura y sacó la pistola de Summer y el revolver de Amy, colocándolos sobre su ropa.
    “Ahora si, ven para acá guapa”
Alcanzó a Copper y la jaló para acercarla, la chica se quejó tras su mordaza y trató de alejarse.
    “Así me gusta, lucha y mantén tu dignidad. Yo hice lo mismo cuando me tenían así en la prisión, pero al cabo de un rato me empezó a gustar”
Copper no pudo resistirse más, y Starr la jaló y pegó contra su propio cuerpo, empezando a besarla apasionadamente en su cuello y hombros.
    Fueron interrumpidas por el motor de un Cessna. Copper gritó el nombre de su tío tras la mordaza, y Starr maldijo su suerte. El avión pasó sobre ellas, y luego dio media vuelta para volver a revisar la zona. Soltando a Copper, Starr tomó las dos pistolas que había dejado a un lado. Con una en cada mano, y con los pechos al aire, caminó a campo abierto, desde donde pudiera tener un campo libre de disparo.
    Conforme el avión se acercaba de nuevo, Starr levantó el revolver de Amy, era el arma de mayor calibre y por ende funcionaría mejor contra el aeroplano. Esperó a que el avión se acercara.
    Copper observaba indefensa. Gritó una inútil advertencia tras su mordaza, mientras el colibrí se iba acercando a ellas.
    Starr alzó la pistola y disparó. Las detonaciones fueron rápidas, pero certeras, el avión empezó a moverse de arriba abajo, aparentemente sin control, y luego desapareció tras una colina rocosa.
    “¡Le di!” exclamó Starr.
Volteó a ver a Copper que veía con ojos incrédulos y horrorizados.
    “Acabé con el gran Sky Ryder” repitió la fugitiva “no hay manera de que haya escapado de esto, seguro se estrelló tras la colina”
    De pronto guardó silencio y escuchó atenta. No había escuchado ninguna explosión, pero tampoco se oía el motor del avión escapando o regresando. La felicidad de Starr disminuyó.
    “Será mejor que me asegure de que no es algún tipo de truco, esperaremos un poco. Puede ser que tenga que ir a revisar”.
Mucho menos exultante que antes, Starr se sentó a esperar.


    Aunque estaba cerca del agotamiento, la oficial Amy Cole seguía luchando desesperada. La llama de la vela estaba a punto de alcanzar la superficie del líquido, sólo le quedaban minutos, tal vez segundos para salvar su vida, pero las ataduras seguían firmes.
    La puerta principal de la casa rechinó al ser abierta, después la cerraron y la oficial escuchó pasos en la habitación de al lado.
    “¡Señorita Copper?, ¡Señorita Copper está aquí?”
    Era la voz de Fred Merrill. Amy enloqueció retorciéndose contra las cuerdas con todas sus fuerzas y soltando los mmmppphhhs más fuertes que le era posible. Trató de arrastrar la silla a la puerta de la cocina para que la vieran, la llama estaba por tocar el líquido.
    El cañón de un rifle apareció por el costado de la puerta, y el rostro de Merrill asomó cuidadoso. Sus ojos se abrieron como platos, debido a la sorpresa de encontrar a la casi desnuda policía atada y amordazada en la silla. Joe Bailey apareció tras Merrill, y también se congeló contemplando el cuadro. Frenética, Amy apuntó su cabeza hacia el sarten. Merrill pronto entendió la situación y volteó hacia Bailey.
    “¡Rápido!, libérala Joe”
Merrill corrió hacia la trampa y sopló para apagar la vela. Hechó el líquido por el lavabo y abrió la llave para que todo se fuera. Con un suspiro de alivio, volteó a ver a Amy, y una sonrisa apareció lentamente en su cara.
    “Pues, supongo que tenía razón oficial” dijo, “no había ningún peligro del cual preocuparse por aquí ¿o sí?”
    Bailey quitó la cinta que sellaba sus labios, y Amy escupió la tela que tenía dentro mientras el hombre sacó su navaja y empezó a cortar las cuerdas que la aprisionaban a la silla.
    “Estpy seguro de que no era nada que la oficial no pudiera manejar Fred” dijjo Joe mientras trabajaba.
    Amy Cole respiraba agitada y relajadamente. “estoy tan agradecida de que hayan llegado aquí a tiempo, que pueden hacer todas las bromas que quieran” alcanzó a decir entre sus aspiraciones “la lunática quería freírnos vivas”
    Amy observó mientras Merrill pasaba un dedo por los restos de líquido en el sartén. Lo sintió entre sus dedos probando su consistencia, y luego se lo acercó a la nariz para olerlo. Finalmente lo probó con la punta de la lengua.
    Joe Bailey interrumpió su trabajo para observar también
    “¿Qué era Fred? ¿Queroseno, Parafina?”
    Merrill se encogió de hombros, y tras unos segundos de silencio volvió a sonreir
    “No soy un experto pero me parece…” Volvió a meter los dedos al sartén para probar de nuevo “… que es champú”
    Amy soltó un quejido
    “Esa maldita…”
Fue interrumpida por la aparición de Wade Norman, que había estado revisando el resto de la casa.
    “Oye Fred…”
Se detuvo con la boca abierta al contemplar a la hermosa, casi desnuda y aún atada oficial. Merrill se paró entre el chico y Amy para permitir que ambos guardaran un poco de decoro.
    “¿qué pasa Wade?”
Norman tuvo problemas para recuperar el habla
    “Hay otra mujer allá atrás” dijo finalmente mientras apuntaba con su pulgar sobre su hombro “está amarrada, amordazada y casi desnuda”
    “Es Summer Smith Fred“, explicó Amy.
Merrill se volteó de nuevo a ver al joven.
    “Será mejor que seas caballeroso hijo, usa tu cuchillo y libera a la señora”
Norman lo vio con la mirada perdida unos segundos.
    “Ah… sí, claro”
Buscando su navaja en su bolsillo, regresó a la habitación.
Merrill volteó de nuevo a la oficial Cole
    “¿Qué pasó aquí Amy? ¿dónde esta Copper?”


    Starr Bell agarró su playera.
    “Bueno cariño”, dijo a Copper, “voy a asegurarme de que tu tío se haya estrellado en serio, y para asegurarme de que no intente nada en caso de que esté vivo, tú vienes conmigo”.
    Copper más allá de Starr y dejó oír un desesperado gemido.
    Starr dio la vuelta y vio como una columna de humo aparecía por donde el avión había caído.
    La fugitiva volvió a arrojar su ropa al suelo y vio a su prisionera.
    “Bueno, más bien ¿dónde nos quedamos tú y yo?”
    Se recostó junto a la chica amarrada.
    “Nos estábamos conociendo”
    Starr jaló hacia si a la chica al borde de las lágrimas, y empezó a acariciar todo su cuerpo desnudo. Copper estaba muy distraída con el humo como para preocuparse por ejercer resistencia mientras la villana jugaba con ella. Pies, piernas, muslos, caderas, senos, hombros y cuello de la cautiva recibieron la atención de Starr, antes de que ésta se concentrara en sus pezones . Luego Starr vio hacia abajo y tomó los calzones de Copper.
    “Vamos a deshacernos de esto”, susurro.
    Fueron interrumpidas por un sonido en las rocas de alrededor. Starr se detuvo abruptamente y escuchó atenta. Agarrando la pistola de Amy Cole, se levantó lentamente. Volteó en todas direcciones. Por varios segundos no pasó nada, y luego se volvió a escuchar un sonido, como de pequeñas rocas cayendo. ¿se habían caído naturalmente, o eran producto de alguien caminando?
    Starr caminó con precaución al punto de donde venía el ruido, una salida de rocas no lejos de donde había ocultado el carro. Con la pistola lista para disparar, fue revisando cada escondite a su paso mientras avanzaba.
    Repentinamente, por su espalda, una fuerte mano agarró su muñeca derecha y la alzó, de modo que el cañón de la pistola estuviese apuntando al cielo, donde no podía hacer daño. Otro brazo rodeó su torso desnudo, y fue jalada hacia un fuerte y atlético cuerpo. Instintivamente apretó el gatillo del arma, y se escuchó un click. No tenía balas. Había gastado todas las municiones disparando al avión.
    “Ríndete Bell”, dijo la voz a su espalda. Era Sky Ryder.
    La fugitiva se retorció y trató de patearlo, pero el se anticipó a sus movimientos y la sometió con facilidad. La pistola cayó al suelo cuando él apretó su muñeca. Su brazo fue doblado a su espalda, y una esposa se cerró sobre su brazo.
    Sky Ryder movió su otra mano a su espalda, para que el Sheriff Winchell esposara su otra mano, terminando por apresarla
    “Buen trabajo Sky” Dijo Winchell, quien inmediatamente gritó: “Ya puedes salir Charlie”
    El oficial Barnes apareció desde una elevación donde el ruido de pidritas se había escuchado.
    “Fuiste mue inteligente al lograr evadirnos durante tanto tiempo” dijo Sky “pero al final lo único que necesitamos para atraparte fue un par de pedruzcos”
    “Veo que no te estrellaste”, comentó Starr derrotada.
    “Sólo manejé el avión de modo tal que te hiciera creer que estaba en peligro” contesto Sky, “aterricé tras la colina y prendí una fogata para engañarte con el humo”
    Starr sacudió su cabeza.
    “El truco más viejo del mundo, y me lo tragué” dijo arrepentida, y luego soltó una media sonrisa a el ranchero.
    “Aunque en parte me alegro, espero que tu avión no esté en malas condiciones”.

Dos policías estatales aparecieron por el camino, uno de ellos llevaba la blusa de Starr. Colocaron la prenda sobre sus hombros, y uno de ellos la abotonó para cubrir sus pechos. Mientras esto ocurría la mujer observó a Sky.
    “La próxima vez que alguien en la cárcel me advierta sobre un tipo, prestaré más atención”, dijo entristecida.
    “Será mejor que no estés pensando en que harás la próxima vez”, aconsejó Sky. “sólo cumple tu sentencia y empieza de nuevo por el camino correcto cuando salgas”
    “en esta zona, alejarse del crimen es un gran consejo” añadió Winchell.
    “Tal vez tengas razón” meditó la criminal.
Regresaron camino abajo y Starr se dirigió a Amy Cole, que estaba desatando a Copper.
    “Espero que no me guarde resentimiento oficial” dijo un poco apenada, “no soy una asesina, pero no quería que otras prisioneras dijeran que fui amable con una policía”
    La oficial Cole asintió. Estaba vistiendo sus pantalones y botas. Pero en vez de su destruida camisa usaba una blusa de Copper sobre la que había colocado su placa. La joven, tras ser completamente desatada, se empezó a vestir con tra muda de ropa que la policía le había traído de su casa.
    Los policías se llevaron a Starr y se alejaron en una patrulla.
    “¿dónde está Summer Smith?” preguntó Sky al no ver a su vecina.
    “Acá estoy Sky”, dijo Summer acercándose a ellos, “el sheriff me hizo esperar en el coche”
    Estaba vistiendo unas ropas viejas del ranchero, con el largo del pantalón enrollado se veía bastante cómica. Sky frunció el ceño.
    “No traes un atuendo adecuado para una mujer tan guapa”
    Summer hizo una mueca burlona
    “Hubieras visto como estaba cuando tus hombres me encontraron”
    Copper la volteó a ver con enojo mientras terminaba de vestirse.
    “Bueno, tal vez es mejor que no me hayas visto así”, rió la mujer.
Sky volteó a ver a su sobrina.
    “Y en cuanto a ti jovencita” dijo en tono imperativo, “creo haberte ordenado que tuvieras cuidado”
    “¡Oh!, lo tuve tío Sky”, protestó la chica, “pero cuando vi a una desconocida conduciendo el coche de la señora Smith, pensé que lo mejor era averiguar quién era, y adonde iba, y…”
    “Y terminaste metida en un aprieto”, terminó su tío.
Copper hizo un gesto y agitó su mano quitándole importancia al asunto.
    “¡Oh!, todo eso no fue nada que no hubiera podido manejar. Si no hubiera estado tan preocupada por ti, me habría desatado yo sola y hubiera atrapado a esa mujer hace mucho tiempo. Antes de que te dieras cuenta la hubiera llevado al rancho toda atada y amordazada”
    “¿en serio?”, preguntó Sky alzando una ceja.
Guiñó un ojo a Amy Cole y a Summer. Amy sacó sus esposas, y Sky pasó su pañuelo a Summer.
    “¡OH!, sin duda Sky”, continuó Copper sin notar el movimiento y agarrando inspiración, “sólo hubiera tenido que usar una de esas llaves de judo que me enseñaste y…”
    Dio un golpe al aire con su mano, fingiendo que combatía, y al hacerlo Amy la encadenó con las esposas.
    “¡Hey!, ¿qué…” fue todo lo que pudo decir antes de que Summer le metiera el pañuelo de Sky en la boca, y sacara otra para atarla alrededor de su cabeza y evitar que la escupiera. Amy acabó de esposarle las manos a su espalda.
    “Bueno, parece que ya tienes todo controlado por aquí Sky”, dijo Winchell. “Le voy a dar la noche libre a la oficial Cole, pero yo tengo que volver a hacerme cargo del papeleo. ¡Vámonos Charlie!
    Winchell y Barnes se alejaron en el auto.
    Sky abrazó a Summer sobre su hombro
    “Y respecto a ti, ¿qué tal si te invito a cenar en la ciudad y al cine para que te olvides de la mala jornada?”
    “Me encantaría Sky, tu vuela el avión de vuelta al rancho mientras Amy y yo llevamos a Copper  de vuelta en el auto”
    “Sí”, dijo Amy, “nos gustaría ver como funcionan esas increibles habilidades de escapista que tu sobrina tiene”
    “Yo tengo algunas ideas de cómo podemos atarla” añadió Summer.
    “Y yo estaré feliz de cuidarla en la noche, mientras ustedes se divierten en la ciudad” añadió Amy, “de ese modo podré obtener consejos de una experta”
    Copper vio molesta a las dos mujeres y reclamó algo initeligible detrás de su mordaza.
    Sky y las dos mujeres rieron a carcajadas.

Fin.



Y dicho todo esto, aprovecho para despedirme por este año, y como siempre retomaremos la cosa en algún momento de enro, ahora publicando cada que la chamba lo permita.
No se desconecten pues ya saben que aunque no publique unas semanas, quedo al pendiente de sus mails y comentarios, y sobretodo díganme que les pareció esta historia, pues Frank Knebel tiene muchas otras, y si les gustó podemos empezar a traducir el resto, pues ya tengo su permiso.

Por otro lado estén al pendiente de Bound in Mexico Productions, pues ya hubo otra sesión con una nueva modelo y, de nuevo cuando la chamba lo permita, pero con suerte será antes de que acabe el año.

Saludos a todos y felices fiestas.

6 de diciembre de 2015

La Fugitiva de Fran Knebel, Capítulo 5

Siguiendo la primera aventura de Copper Ryder, en su penúltima entrega, Si se los perdieron aquí están los episodios uno, dos, tres y cuatro

Y aquí está la guía de todas las historias de bondage en el blog 


Capítulo 5


Starr Bell desabrochó el cinturón de la oficial Amy Cole y se lo quitó. La hermosa policía de cabello oscuro y ojos azules, con sus manos encadenadas a su espalda por sus propias esposas, miró fijamente a la mujer que la desarmaba, y quien obviamente disfrutaba de tener a una representante de la ley en su poder.

“Es mejor que te rindas Bell”, aconsejó Amy, “puede que me hallas atrapado, pero no tienes la menor oportunidad de escabullirte a traves del equipo de búsqueda que tenemos en toda el área. Haz las cosas más fáciles para ti.”

Starr tenía la pistola de Amy en su mano derecha. Se acercó a la policía y agarró a la mujer por el cuello de su camisa, acercándola a su rostro. Starr medía unos 20 centímetros más que Amy, y además de tenerla con las manos esposadas, le acercó el cañón del arma a la sien para enfatizar su dominio de la situación.

“Y tu puedes hacer esto más fácil para ti, cerrando tu boca, oficial.” Advirtió Starr, “No tengo ninguna utilidad para policías de ninguna clase, así que el hecho de que tengas tetas no significa que no vaya a matarte si empiezas a estorbarme ¿entiendes?”.

Amy asintió lentamente, luchando por mantener la calma. Starr bajó la pistola y su sonrisa sardónica volvió.

“Aunque por supuesto en unos minutos no tendrás problemas para mantenerte callada, yo me encargaré de ello”.

“¿Qué le hiciste a Copper y a Summer Smith?”, exigió saber Amy.

“Nada realmente, no te preocupes por ellas”

De nuevo levantó el revolver de la policía , y lo usó para jugar con la nariz de Amy.

“Preocúpate por ti misma.”

 

 

Después de tres intentos, Sky Ryder renunció a tratar de contactar a Amy, y llamó al sheriff. Winchell contestó al instante.

“Hemos estado escuchando Sky, ¿crees que haya problemas en el rancho?, cambio.”

“Me estoy preocupando Winch. Primero Copper no me contesta, luego Summer parece estar ahí cuando no debería estarlo, y ahora que Amy va a revisar, ella también desaparece. Las cosa me parece muy sospechosa, cambio“.

“Estoy de acuerdo Sky. Llamaré a un par de carros para que vayan a ayudar, tú dirígete a tu rancho inmediatamente, a nosotros nos tomará un largo rato llegar”

El oficial Barnes, chofer de Winchell, habló

“Unos kilómetros adelante está el camino que va a casa de los McCovey, si voy por ahí podemos llegar en una hora”.

“¿escuchaste eso Sky?, preguntó Winchell, “cambio”.

“Lo tengo Winch, los espero en mi rancho en una hora. Colibrí, fuera”.

“Nos vemos entonces Sky, el sheriff fuera”.

Volteó a ver a Barnes.

“A toda velocidad Charlie”

Barnes apretó el acelerador y la patrulla se perdió pronto en el camino.

 

 

 

Starr Bell desabotonó los pantalones de Amy.

“No creo que mi uniforme te vaya a servir como disfraz”, le dijo la policía con calma, mientras la sonriente Starr jalaba los pantalones haciabajo y los dejaba caer en el suelo.

“Esto no es por disfrazarme, oficial.” respondió amablemente, “sólo lo hago por controlar a una prisionera. Y una prisionera sin ropa es mucho más fácil de controlar”

“¿Entonces planeas desnudarme?”

Starr comenzó a desabrochar los botones de la camisa de Amy.

“¡Muy bien!, y yo que pensaba que los policías eran tontos”

Jaló la camisa de Amy para atrás, para revelar un sostén muy provocativo, Starr alzó una ceja.

“Con tu talla de busto, hubiera supuesto que necesitabas algo más grande para sostener todo. Camina fuera de tus pantalones”

Amy hizo lo que le indicaban, y Starr se arrodilló para desatar sus agujetas.

“También tienes unas piernas muy lindas, debiste ser Miss Cactus o algo así antes de unirte a los azules”.

Amy no contestó. Si Starr realmente la iba a dejar desnuda, eso significaba que en algún momento tenía que librarla de las esposas para quitarle la camisa.

Tras quitar los zapatos y los calcetines de la cautiva, Starr forzó a Amy a entrar en la cocina, y la dejó de pie mientras revisaba los cajones. Tras encontrar un par de servilletas de tela, regresó con Amy y jaló una de las sillas que estaban cerca de una mesa circular. Amy vio que sobre ésta, había un rollo de cinta adhesiva y unas tijeras.

“Esta es la parte que más me gusta”, dijo Starr, “habre tu boquita todo lo que puedas”.

Amy observó mientras Starr hacía bola una de las servilletas. Viendo que no tenía alternativa, abrió su boca, y la fugitiva le metió la tela adentro, llenando toda la cavidad. La oficial tosió mientras luchaba contra el impulso de escupir el material que le rellenaba la boca.

Starr cortó varias piezas de la cinta con las tijeras, y las fue pegando una a una sobre los labios de Amy, sellando el montón de tela en su boca. Cuando acabó inspeccionó cuidadosamente su trabajo.

“Muy bien”, comentó con un par de gestos aprobatorios.

Sin advertencia, repentinamente agarró los dos pechos de Amy y les dio un firme apretón. El resultante grito de la mujer fue disminuido, pero aún sorprendentemente alto. Esto provocó que Starr sacudiera la cabeza.

“Se veía bien, pero no es suficiente, seguiremos trabajando, siéntate”.

La policía se iba a sentar de la manera convencional, con su espalda sobre el respaldo, sólo para ser detenida por un sonoro pero indoloro golpe en sus nalgas.

“De lado”, le indicó Starr.

Amy se sintió como le ordenaban, mientras Starr volvía a agarrar el rollo de cinta.

“Me acuerdo que tuve la oportunidad de hacer esto en otra ocasión”, rememoró la fugitiva con nostalgia, “Noqueé a una mujer policía en una corte de Tucson. La esposé con sus propias esposas, la amordacé y la amarré con sus medias y la encerré en un armario para poder escaparme”.

Se agachó y empezó a encintar los tobillos desnudos de Amy.

“Pero me atraparon. Ella se despertó pronto y se puso a patear la puerta consiguiendo ayuda. Después de eso me prometí que si volvía a amarrar a una policía, lo iba a hacer muy bien”.

Acabó de inmovilizar los tobillos de la oficial, y se puso a trabajar en sus piernas, arriba de las rodillas, mientras le sonreía con malicia.

“Y me da mucho gusto que me haya tocado con una tan guapa como tú”.

Amy vio inexpresiva a Starr. A su espalda, estaba intentando juntar sus pulgares todo lo posible a sus meñiques. Sus manos eran delgadas, y con un poco de suerte podría deslizarlas fuera de las esposas. Tenía que ser cuidadosa con Starr Bell.

“Me hubiera gustado hacer esto sin prisas y con cuidado, pero el hecho de que tú estés aquí me indica que puedes tener amiguitos que no tarden mucho, así que será mejor que me apure”

Dicho esto volteó a la policía para que su espalda estuviera en el respaldo y tomó las tijeras. Asustada Amy gritó tras su mordaza.

 

Fred Merrill tomó un trago de su cantimplora y observó el camino. A unos kilómetros estaba el rancho de La Diadema Voladora. Buscó en su bolsillo y sacó un reloj de cadena. Tras ver la hora lo guardó.

“¿deberíamos ir al siguiente punto de la cerca Fred?

Se volteó y vio a Joe Bailey esperando sus órdenes. Atrás de Bailey, Wade Norman también bebía de su cantimplora.

“No exageres con el agua, hijo”, aconsejó Merrill colgando su cantimplora en la silla de su caballo. “Nunca puedes saber cuanto tiempo necesitas que dure”.

Volteó de nuevo al camino y negó con la cabeza. Viendo a Bailey comentó.

“No Joe, no le debió tomar tanto tiempo a la policía revisar como estaba Copper, tengo la sensación de que algo está mal, será mejor que vayamos en persona a revisar”.

Bailey era hombre de pocas palabras. Caminó a su caballo y tomó su rifle Winchester de su funda. Busacdno en su bolsa encontró unos cartuchos, y cargó el arma.

Merrill tomó también su rifle haciendo la misma operación, Wade Norman hizo un gesto nervioso y limpió sus labios. Fred Merrill lo vio en silencio, indicando al joven que no se preocupara.

“Andando muchachos”, dijo Merrill montando su caballo.



 

 

 

Starr Bell terminó de atar un nudo detrás de la silla de la cocina, y revisó satisfecha su trabajo.

“Esto es lo que yo llamo un amarre de calidad”.

Una miserable Amy Cole, repasó su situación, sabía que ya no podía escapar, pues ni siquiera podía moverse lo suficiente para cambiar de posición en su asiento.

Después del grito que había soltado cuando vio a Starr con las tijeras, Amy contuvo la respiración en pánico. La pilla sólo se carcajeó de su miedo y se puso a cortar la camisa y el braziere de Amy, dejándola desnuda con excepción de sus calzones.

Luego había tomado el cinturón de la oficial, y los usó para amarrarle los codos, sólo el tiempo necesario para quitarle las esposas y volver a inmovilizar sus manos rodeándolas con cinta. Hecho esto Starr soltó el cinturón, y amarró los brazos de la mujer a su torso con más cinta por debajo y arriba de sus pechos.

“Lamento haberte soltado los codos, era una atadura que hacía resaltar mucho a estos bebes”, comentó mientras acariciaba los senos de la policía.

Con su prisionera fuertemente atada, la criminal la volteó para apoyarla en el respaldo de la silla, y la amarró fuertemente a esta con cuerdas. Éstas pasaron por su cintura, por su regazo, y por arriba y debajo de los pechos, directamente sobre la cinta que inmovilizaba sus brazos sobre su cuerpo. Finalmente la prófuga usó otra cuerda que ató a los tobillos de Amy, y que jaló a la parte de atrás de la silla, obligando a la indefensa mujer a doblar sus piernas bajo el asiento. Cuando solamente los dedos gordos de la policía tocaban el suelo, Starr amarró la cuerda al respaldo, impidiendo el más mínimo movimiento de la oficial.

“¿Te sigue gustando tu carrera del lado de la ley ahora cariño?”, cuestionó Starr mientras caminaba alrededor de la indefensa oficial.

Amy desvió la mirada.

Starr quitó la liga con la que Amy sostenía su cabello en un congo, y lo dejó caer libre. Cara a cara con la voluptuosa cautiva, agarró uno de sus pechos en cada mano, y los acarició gentilmente.

“Tiene unas bubis preciosas oficial, tan suaves…” cerró los ojos y se puso a imaginar, mientras jugaba con los pezones de Amy. La policía se retorció y gimió protestando. Starr abrió los ojos y se paró.

“¿no te gusta eh? Claro, debo recordar que cuando estás de servicio no hay diversión. De hecho será mejor que te identifiques como una fuerza de la ley”.

Caminó a donde había aventado el resto de la camisa de Amy, y quitó el clip de la placa de policía. Arrojándola al aire y cachándola un par de veces, Starr volvió frente a la mujer atada y la miró mientras jugaba con la pieza de metal entre sus dedos.

“No puedes ser una policía si no tienes placa”, dijo, y continuó con su tono de burla, “¿dónde debo ponerte esto?

Tocó el pezón derecho de Amy, provocando un nuevo grito de la policía. Starr, alejó la pieza.

“Es cierto, perdóname, va sobre tu corazón”.

Movió la insignia sobre el pezón izquierdo de Amy y abrió la pinza. La oficial sacudió su cabeza salvajemente, suplicando tras su mordaza con toda su fuerza.

“Esto va a doler, ¿lista oficial?”

Amy cerró los ojos.

Starr se agachó y colocó la placa en los calzones de Amy. La oficial sintió el jalón en su ropa y abrió los ojos, gimiendo aliviada. Starr se rio y volvió a tomar el rollo de cinta.

“Tengo que trabajar un poco más con tu mordaza antes de irme cariño”

La prófuga volvío a reforzar la mordaza con cinta, per esta vez rodeó completamente la cabeza de Amy, pasándola una y otra vez hasta que todo el rollo se terminó. Una vez más la mujer probó la efectividad del trabajo volviendo a manosear los pechos de la prisionera, cuyo gemido indignado ahora apenas podía escucharse.

“Esto está mucho mejor”, declaró Starr, “y ahora el toque final”.

La fugitiva empezó a revisar las alacenas, pausando una sola vez para ver a Amy con una sonrisa cruel.

“Y cuando digo final, lo digo en serio”.

Encontrando los sartenes, Starr seleccionó uno.

“Necesito otras cosas, pero deben estar en el almacén”, informó a Amy mientras se apresuraba a salir.

Amy Cole volvió a probar sus ataduras, pero en seguida supo que era inútil. No podía deslizar sus manos fuera de la cinta pegajosa como hubiera podido hacerlo con las esposas y, atada como estaba a la silla, era imposible alcanzar un objeto afilado para cortar las ataduras; con sus piernas dobladas hacia atrás y sólo sus dedos tocando el suelo, ni siquiera podía alcanzar la fuerza necesaria para mover la silla por el cuarto; y tras agitarse con todas sus fuerzas, la silla rechinó un poco, pero se dio cuenta de que no iba a poder romperla.

La continuación de sus pensamientos fue interrumpida por el regreso de Starr, la fugitiva traía de vuelta el sartén, pero ahora estaba lleno de un fluido ambar. Con mucho cuidado lo colocó sobre la repisa mientras Amy la veía intrigada.

“No te preocupes señorita, este truco no puede fallar.”

Sacó unas toallas de papel, y las puso en fila desde la sarten hasta las cortinas.

“Aprendí esto de una mujer arrestada por pirómana, debe haber funcionado ya que la encerraron por ello”

Con una sonrisa buscó en el bolsillo de su pantalón, y sacó una pequeña vela. Con un cerillo la encendió y la colocó con mucho cuidado en medio del sartén lleno del líquido.

“Te explico, la vela se quema poco a poco hasta que la llama alcanza el líquido inflamable, éste enciende las servilletas de papel, que enciende las cortinas, y en menos de lo que canta un gallo, toda la casa estará en llamas. Ni siquiera te cubriré los ojos, para que puedas estar sentada y verlo todo.”

Vio divertida los ojos de terror de Amy, quien sacudió la cabeza y soltó un gemido suplicante. Starr rió de nuevo y se acercó para volver a manosear sus pechos.

“Sólo lamento que el mundo se vaya a perder de estas bellezas, qué desperdicio.”

 

 

Summer Smith yacía en silencio. Se había agotado en su lucha por escapar y ahora estaba quieta, mientras respiraba lenta y profundamente. Copper también estaba cansada, pero su silencio se debía a que estaba esforzándose por escuchar que ocurría en el resto de la casa. Había oído a Starr hablar, y luego algunos sonidos indefinibles. Sabía que alguien más estaba en el rancho, ¿pero quién?, ¿alguien que iba a rescatarla?, ¿otra prisionera?

La puerta de la habitación se abrió.

“Hola, hola, ¿cómo están por aquí?”

Era la voz de Starr. Copper oyó pisadas acercarse a la cama y luego la risa de la fugitiva.

“Veo que tuvieron una larga lucha contra las cuerdas, ¿verdad?, que lástima que no les sirvió de nada”, Starr suspiró, “sabía que no iban a escaparse”.

Copper sintió la mano de Starr deslizarse sobre los calzones de las dos mujeres, y jalar la cuerda atada entre las piernas de Summer. La ranchera soltó un gemido alarmado y se sacudió unos segundos.

“Espero que esta cosita te hayad dado una razón para sacudirte Summer”, dijo carcajeándose.

“Es una pena que no me pueda quedar y jugar con ustedes dos, pero me tengo que mover mucho más rápido de lo planeado, así que sólo me puedo llevar a una de ustedes conmigo. ¿quién quiere venir?”

Ninguna mujer se atrevió a mover un músculo.

Copper sintió de nuevo las manos de Starr deslizarse entre ellas, esta vez a la altura de las ataduras de la cintura. Tras unos tirones la chica sintió como las cuerdas se aflojaban, Starr las estaba liberando.

El resto de las cuerdas que las mantenían pegadas cara a cara fueron cortadas, después Starr caminó a la espalda de Copper y la liberó del hogtie. La joven estiró sus piernas agradecida, sólo para sentir como repentinamente jalaban para abajo de la cama, dejándola sentada. La prófuga aflojó el nudo de la venda, y cuando esta cayó, Copper parpadeó varias veces, ajustando sus ojos a la luz.

Starr caminó de vuelta junto a Summer, y usando las largas cuerdas que hace unos instantes mantenían a las mujeres cuerpo con cuerpo, amarró las ataduras en el pecho de la ranchera a la cabecera de la cama, y las ataduras en sus rodillas a los pies del mueble. Summer permaneció en su hogtie, amordazada y con los ojos cubiertos.

“hay, cosita preciosa”, dijo Starr mientras se inclinaba sobre Summer acariciando su figura. “es una pena que no vaya a poder disfrutarte tras tenerte en mis manos todo el día”.

Besó los dos pezones de Summer y se levantó, regresando con Copper, a quien también tocó los senos.

“Me encantó ver a este par saltar cuando te traje al cuarto cariño, pero ahora ya no tengo tiempo para ello.

Agachándose, Starr puso su hombro a medio cuerpo de Copper, y levantó a la chica, cargándola hacia afuera de la habitación.

Conforme caminaban frente a la cocina, Copper alcanzó a ver a la oficial Cole, atada a una silla y gimiendo desesperada, Starr no se detuvo y siguió hacia la puerta principal.

“¿es linda verdad?, quería incluirla en el juego que tenían ustedes dos, pero no hay tiempo, ya que si ella ápareció, significa que sus compañeros no están lejos, así que lo único que me queda es salir y llevarme a una de ustedes como rehén”.

Abrió la puerta y paró a Copper frente a la furgoneta de Summer, mientras habria la puerta del copiloto.

“¿y quién es mejor rehén que la sobrina del famoso Sky Ryder?”

Tomó a Copper de los muslos obligándola a doblar las piernas y sentándola dentro del vehículo, ya que estaba dentro, cerró la puerta y corrió al lado del volante.

Copper vio ansiosa la puerta de su casa.

“Oh no te preocupes chiquita, van a estar bien”

Copper vio con duda a Starr, quien acarició uno de sus pechos.

“No le mentiría a una amiga tan buenota como tú”

Riendo, arrancó el coche y se alejó por el camino.