31 de octubre de 2013

Atados a Hollywood

Agradeciendo el enlace que me compartió un lector y que me permitió enterarme de la existencia de este libro, hoy paso a comentarles a todos de su existencia. Resulta que acaba de publicarse el libro Atados a Hollywood (Hollywood Bound) de la editorial Reel Art Press el cual nos interesará a todos nosotros.
El libro hace un análisis del Bondage en las películas de Hollywood, y se trata de un estudio serio sobre como, desde el inicio del cine, se han utilizado escenas de mujeres y hombres atados dentro de las películas como un elemento para aumentar el suspenso y atraer al público. Lo cual va desde la clásica damisela en apuros hasta el héroe masculino sometido como James Bond en Goldfinger.
El autor del libro es el periodista Peter Dogget, quien acompaña el libro con más de 100 fotografías de escenas de bondage en el cine, y quien aclara que, si bien Hollywood siempre se ha cuidado de no tratar a las imágenes de personas atadas como una práctica sexual, en la mayoría de las imágenes el erotismo queda implícito.

Hollywood Bound


Me parece excelente que el bondage haya llegado a ser protagonista de un estudio académico y serio del mundo del cine. Lo único malo es que el libro es una edición limitada por lo que no será fácil hacerse de una copia. Ojalá la Cineteca Nacional, que tiene muy buenas librerías con títulos que tocan todo detalle del mundo del cine, consiga algunas copias de éste para que podamos comprarlo, disfrutarlo y aprender sobre el Bondage y el cine.

28 de octubre de 2013

Texas Bondage

Un mediodía en la ciudad de Waco, Texas. Una mujer iba manejando por una calle pensando en sus asuntos cuando pasó frente a un alamcén de autos, en éste había varias camionetas Pick Up. La conductora pasó sin darle mayor importancia hasta que de reojo vio algo que le llamó la atención, antes de dejar atrás el almacén volteó la vista y para su sorpresa vio que en la parte trasera de una de las camionetas había otra mujer atada de pies y manos. Sin dudarlo sacó su teléfono celular y marcó al 911 dando cuenta a los servicios de emergencia del secuestro que acababa de presenciar. Dentro de poco la policía llegó al almacén, pero en el lugar no había ninguna persona secuestrada, la mujer que llamó había sido engañada por una calcomanía tamaño natural que fue pegada en la parte trasera de la camioneta con el objetivo de llamar la atención.
Si bien siempre es agradable ver a una mujer en bondage, no lo es fingir un crimen y estoy seguro de que hay mejores manera de publicitar un negocio. Todo lo que les cuento pasó en verdad y aquí pueden ver las imágenes que engañaron a la mujer quien pensó que había visto a una auténtica damisela en apuros.
 


Mujer atada


Tied Woman ad
Amarrada camioneta Texas

23 de octubre de 2013

Cinco colombianas atadas

Para el día de hoy tenemos un video de la serie colombiana de la cadena RCN Televisión A Mano Limpia, misma que ocurrió en el episodio 122 de la segunda temporada. En Colombia el capítulo se transmitió el 18 de junio de este año.
Y vaya que es una escena interesante pues nos da algo que muuy rara vez podemos disfrutar en escenas de bondage del cine y la televisión. Tenemos a muchas actrices atadas y amordazadas juntas. Dentro de lo que yo conozco he visto una escena alemana con ocho mujeres amarradas, lo cual creo que es el récord, y hay otra escena bastante famosa que también vino de Colombia y que fue muy famosa en internet hace un par de año donde había cuatro chicas atadas a sillas y amordazadas en un episodio de Amores de Mercado. Fuera de eso, cuando la cosa va bien, se encuentran dos o tres actrices en bondage, pero es raro.
Por eso cuando supe de esta escena donde cinco actrices compartían su cautiverio rápidamente me puse a buscarla. No sigo la serie, que no se transmite en México, pero viendo la escena tenemos a el grupo de chicas en una casa haciendo algún tipo de lucha social. Con elllas hay un hombre que afortunadamente se va a buscar unos teléfonos y, cuando deja a las muchachas solas, los malvados se meten a la casa, las someten a punta de pistola y las inmovilizan atándoles las manos a la espalda y sellando sus labios con cinta plateada.
La que parece liderar al grupo es separada de las demás, llevada a otra habitación y amenazada, mientras que las otras cuatro quedan en la planta baja de la casa esperando el rescate. Éste llegará tiempo después cuando el hombre que las acompañaba vuelve a casa y las encuentra (si iba a buscar a dos personas pidiéndoles el teléfono y a ver a otra al hospital me gusta calcular que las chicas pasaron atadas al menos un par de horas ¿no?)
Les dejo la escena y luego comentamos.

 
 

Para mi esta escena se puede dividir en dos partes. La primera cuando las chicas son sometidas y amarradas me gustó muchísimo, para empezar la cámara hace acercamientos y podemos ver como se atan las manos de tres de las actrices, por el otro vemos como amordazan en pantalla al personaje principal y, en el caso de las otras cuatro chicas, tenemos acercamientos a sus rostros amordazados lo sufucuentemente largos para vrlas bien.
Lamentablemente la escena del rescate me pareció decepcionante. No sé si cambiaron de camarógrafo o qué, pero el agradable cuidado puesto en mostrarnos el bondage se pierde por completo, cuando las mujeres son desatadas la cámara se queda fuera del cuarto y sólo las vemos de lejos y sin ningún detalle, el único acercamiento que se hace es a la cara del héroe que las rescata, hubiera sido bueno poder también ver el bondage en esta parte.
Las actrices son todas muy guapas y todas gimen tras la mordaza, lo cual también ayuda a que sea una escena decente.
Para los que quieran seguir a las cinco lindas actrices les paso sus nombres:
La chica con el pelo chino que abre la puerta y cuya boca es cubierta por la mano del malvado es Viviana Pulido; la actriz que viste chamarra de mezclilla, y a la primera que vemos con cinta plateada sobre sus labios es Melisa Bermúdez; la chica con la blusa rosa y lindos ojos, de la que el hombre se despide de beso al salir es Estefanía Godoy; La mayor de todas las mujeres, Doña Carmela, es Alejandra Miranda y la actriz principal que es llevada al cuarto de arriba es la protagonista de la serieValentina Acosta.
Gran escena que nos ofrecen nuestros amigos de Colombia, ójalá la televisión de aquel país siga dándonos buenas cosas como ésta y que los demás aprendan que siempre que una chica guapa aparece atada y amordazada en una buena escena, hay muchos que lo agradecemos.

Saludos y hasta la próxima

20 de octubre de 2013

El Percance de Nicki. Parte dos.

Finalizamos con la historia de bondage de Steve Spandex que empecé la semana pasada, donde las cosas darán un giro inesperado para nuestra atrapada prisionera.


Todas las historias de bondage del blog están aquí

Segunda parte

Le tomó algunos segundos recordar donde estaba y por qué no podía moverse, pero una vez que estuvo lo suficientemente despierta pudo recordar los eventos del día anterior. Aún era de noche y la luna brillaba en todo su esplendor cuando su cuerpo se tensó por el miedo. La causa de éste no era su inmovilidad, sino que en el piso de abajo, dentro de la casa, se escuchaba el sonido de algo o alguien moviéndose cuidadosamente. ¿habría llegado temprano su familia? No era posible, porque a menos que hubiera un apagón habrían encendido las luces. Además habrían entrado por la puerta principal, lo cual quienquiera que estuviera abajo no había hecho. Mientras estudiaba las posibles causas del ruido escuchó que la puerta de la cocina rechinaba al abrirse, lo cual provocó un involuntario grito de miedo ahogado por su fuerte mordaza. Abajo, un tenue rayo de luz parecía estar merodeando por el pasillo, acompañada por unas lentas y cuidadosas pisadas.
Al ver eso Nicki se dio cuenta de que la historia que había considerado contar a sus padres sobre un intruso podía estar por volverse una realidad, y por lo tanto podría utilizarlo a la hora de explicar su cautiverio. Suponiendo por supuesto, que el intruso no la secuestrara o la matara. Volteó nerviosa y vio que la luz de la linterna estaba iluminando el pie de las escaleras. La chica se dio cuenta de que estaba a punto de ser descubierta en cuanto oyó como el primer escalón crujía. Poco después los dos se encontraron por primera vez, el ver la cabeza de Nicki cubierta con la media hizo que el invasor se parara en seco y acercó su rostro cubierto con un pasamontañas a la indefensa chica. Al ver sus ojos la joven soltó otro involuntario gemido de miedo.
-¿Qué demonios?
Su voz se desvaneció en un silencio mientras observaba perplejo el extraño descubrimiento que acababa de hacer. Dirigió la linterna a la cara de la chica cegándola y tras observarla cuidadosamente se dio cuenta de que sus ojos no lo engañaban y que frente a él había una chica amarrada que no representaba ninguna amenaza para el. Su rostro reflejó una confiada sonrisa.
-Vaya, vaya. Parece que alguien ya me ahorró parte del trabajo.
El fulgor de la linterna le impedía a Nicki ver claramente al visitante, lo único que podía deducir era que estaba vestido con ropas muy oscuras. Sin decir otra palabra el tipo la dejó y avanzando con más confianza rápidamente abrió todas las puertas y revisó el resto de las habitaciones de la casa, una vez que se cercioró de que no había nadie más, vilvió al piso de abajo y prendió las luces, lo cual provocó que Nicki cerrara los ojos pues la repentina iluminación la lastimó. Una vez que sus ojos se adaptaron al nuevo ambiense te encontró con que la cara del enmascarado estaba a sólo pulgadas de la suya, mientras la veía con curiosidad.
Aunque sólo podía ver sus ojos y su boca, para Nicki era obvio que el intruso estaba desconcertado por este extraño escenario que se había encontrado. Por varios segundos ambos sólo se observaron en silencio, el muy confundido y ella muy asustada para intentar comunicarse. Después de lo que pareció una eternidad Nicki juntó el valor necesario para intentar un diálogo, razonando que, con algo de suerte, podría ganarse su simpatía y tal vez lograr que la soltara. El que se hubiera metido a su casa no implicaba necesariamente que fuera una mala persona, quiso creer. Tal vez la compadecería y por lo menos le acercara la llave. Cuando empezaba a mascullar su ruego de clemencia, él también rompió el silencio.
-¿quién te hizo esto? ¿alguien más te robó esta noche?
Nicki negó con la cabeza tras descubrir que intentar pronunciar la más simmple palabra era más difícil de lo que pensaba.
-¿entonces cómo es que estás así?
La chica no tuvo que contestar, atando cabos el intruso se dio cuenta de que ella misma se había atado así.
-¿tú te hiciste esto a ti misma?
Se rio fuerte y cruelmente, lo que Nicki tomó como una mala señal.
-Te amarraste sola y después no pudiste escapar ¿verdad?
El hombre continuó riendo y Nicki supo que teníe que empezar a suplicar.
-¡Por favor ayúdame, la llave se me cayó y no puedo escapar!
Esta frase que pensó, sólo sonó como un montón de gemidos indescifrables cuando la dijo, así que la chica se valió de su cuerpo para intentar comunicarse. Volteando hacia atrás y mirando fijamente, y por enésima ocasión en el día, la llave, la chica esperó que el hombre pudiera interpretar lo que había pasado.
-¡Por favor ve por la llave y libérame!
Intentó decir al tiempo que sacudía las esposas y veía con lástima su casa oscura, suplicando que la sacara de las ataduras. El intruso comprendió todo y un malicioso gesto se dibujó en su rostro.
-Te esposaste a la escalera y la llave se te cayó ¿no es así?
Nicki asintió avergonzada, mientras lo hacía el tipo se levantó del suelo.
-Y ahora quieres que te ayude a salir del problema en el que te metiste ¿verdad?
-¡Pooor favooor!
Intentó decir la chica aunque sólo se oyó un largo mmmppphhh, tan triste como la chica lo pudo hacer sonar con los calcetines dentró de su boca. Tras la máscara Nicki pudo ver que la situación le parecía divertida al hombre. ¿sería esto bueno o malo? ¿cooperaría o la dejaría atada a su suerte? O pero aún ¿intentaría aprovecharse de su indefensión? En ese momento la joven lamentó muchísimo vestir sólo su ropa interior.
Durante lo que parecieron horas, el tipo simplemente pareció considerar sus opciones, aunque Nicki suponía que sólo estaba prolongando el proceso para jugar con ella y desesperarla. Finalmente habló
-Está bien, si es lo que quieres te daré la llave.
Mientras bajaba lentamente las escaleras Nicki se llenó de esperanza. Por un momento, dado que no había hecho el menor esfuerzo por quitarle la mordaza o aflojar algún nudo, la chica pensó que no iba a ayudarla. Pero ahora todo parecía ir bien. Viendo sobre el hombro, observó como el tipo recogía y examinaba la llave, pareció tomarse una eternidad estudiándola. ¡Vamos!, pensó, es sólo una llave, ¿no has visto una antes? Pero claro, el intruso sólo quería provocarla, disfrutando el suspenso y tensión que le estaba provocando, sabiéndose en todo momento en completo control de la situación… y de ella.
Tras un largo rato más, finalmente el hombre dio vuelta y comenzó a subir las escaleras, mientras sostenía la llave frente a el para mostrarle que la había encontrado. De nuevo se acuclilló frente a ella y colocando la llave frente a su rostro cubierto le preguntó
-¿esto es lo que buscas?
Sus dientes amarillos se vieron cuando una cruel sonrisa se dibujó en su rostro. De nuevo, Nicki dejó escapar un largo y suplicante gemido que buscaba mostrarle el enorme sufrimiento e indefensión por la que pasaba. Tenía que sentir pena por esta damisela en apuros.
-Ok, aquí está, tómala.
Aunque sabía que le era imposible, Nicki intentó de cualquier forma agarrar la llave, torciendo su cuerpo con la esperanza de que sus dedos pudieran alcanzar lo único que la separaba de su libertad. Ese movimiento provocó una nueva risotada de su atormentador. En un instante las esperanzas de Nicki se desvanecieron, había sido una ingenua.
Cuando se cansó de reírse, la miró fijamente de nuevo, estudiándola como si considerada si iba a liberar a la pobre criatura frente a él, o si la dejaría atada y amordazada, en el percance que ella sola había creado. De repente una idea pareció ocurrírsele, y sus ojos se iluminaron. Alcanzó la cadena que colgaba de su cuello y se la quitó. Lo primero que Nicki pensó es que se la estaba robando, algo que la deprimió, por lo que dejó escuchar otro gemido solicitando piedad. Pero pronto el ladrón reveló sus verdaderas intenciones, en lugar de meter el collar a su bolsillo lo sostuvo frente a ella y cuidadosamente colocó la llave dentro de la cadenita. Después volvió a colocar el adorno alrededor de su cuello y este quedó en su antiguo lugar con el pendiente y la llave colgando entre sus pechos.
-Ahí está, lo que me pediste. Adelante, libérate- dijo mientras se ponpia de pie y se burlaba de ella,
-¿Realmente creíste que te iba a soltar después de que me metí ilegalmente a tu casa? ¿qué evitaría que llamaras a la policía en cuanto me fuera si no estuvieras amarrada? Ahora discúlpame pero tengo que buscar que robarme.
En un estado de shock, Nicki observó en silencio mientras el tipo pasaba de una habitación a la otra, llevando consigo dinero, joyas y todo objeto de valor. Todo lo fue metiendo en una bolsa negra que dejó colocada a un lado de la indefensa chica, que sólo podía ver mientras algunas de las cosas más valiosas para ella y su familia eran robadas.
Tras un rato la chica intento infructuosamente de alcanzar la llave frotando la cadena contra el poste para ver si lograba abrirla. Pero fue inútil, no había forma de abrir la cadena, y aún si lo lograba y la llave caía sobre su regazo le sería imposible pasarla con sus piernas atadas a un lugar donde sus manos la alcanzaran. El pequeño objeto del que dependía su libertad se quedó colgando entre sus pechos, a sólo unos centímetros de sus dedos, pero respecto a como se liberaría no había diferencia, no podía usar la llave teniéndola ahí o en el piso de abajo donde había estado las últimas 18 horas.
*****
Una vez que tomó todo lo que deseaba, el enmascarado tomó su botín y empezó a bajar las escaleras. A medio camino se detuvo y volteó a ver a Nicki, por unos segundos sus ojos se encontraron y la chica soltó un tímido gemido que intentó por última vez convencerlo de que la liberara y de que hacerlo provocaría que le estuviera eternamente agradecida. Pero no iba a ocurrir. A pesar de sus ahogados y desesperados gemidos él simplemente se despidió con un “pásala bien. Al llegar a la estancia las luces se apagaron, se escuchó una ventana cerrarse y todo quedó en silencio.
Nicki estaba de nuevo sola e indefensa, y apenas había pasado la mitad de su tiempo de cautiverio. No estaba segura de si reír o llorar. Por un lado ahora si tenía una buena explicación sobre el porque estaba prisionera, ahora sólo le quedaba explicar algunos detalles menores como su vestimenta y la posición del espejo. Por el otro había perdido muchos objetos valiosos, por lo menos en el aspecto sentimental. Por lo menos aún conservaba su collar de oro.
Conforme empezó a amanecer y los rayos del sol le permitieron volver a admirarse en el espejo, Nicki se consoló pensando que si lograba recrear los maravillosos orgasmos del día anterior, que eran una consecuencia de su estado de indefensión absoluta, por lo menos encontraría algo bueno en el largo día que aún permanecería atada.

Fin.




14 de octubre de 2013

Antígona encadenada, Festival Cervantino

Por estas fechas se está celebrando en la hermosa ciudad de Guanajuato el famoso Festival Internacional Cervantino. Uno de los eventos culturalkes más importantes de América y el más grande de México. Aparte de que conocer la ciudad (donde un servidor ha tenido el gusto de estar), ir a este Festival alguna vez en la vida es casi una obligación para cualquier mexicano interesado en la cultura, y es un gran pretexto para que todo extranjero visite nuestro país.
Hecha la invitación, les menciono que en un suplemento del Festival publicado por el periódico Reforma, me encontré que en una de las obras más esperadas de esta edición, La Sangre de Antígona, mostraba a su actriz principal encadenada en el escenario. La obra toma el mito griego y lo pasa a la actualidad, adaptándola a un escenario bélico.
Afortunadamente la organización del Festival distribuyó varias fotos para promocionar la puesta, y una de ellas es justamente aquella donde se ve a la actriz principal encadenada. Queda aquí para todos ustedes.
 
Antígona encadenada FIC

10 de octubre de 2013

El Percance de Nicki, Primera parte.

Como quedó prometido, tenemos una nueva historia de autobondage para todos ustedes. Tendremos la segunda mitad la próxima semana.

Todas las historias de bondage del blog están aquí




El percance de Nicki

por


Steve Spandex

 
Nicki Volteó a ver sobre su hombro desde su posición en el segundo piso de su casa, su mirada pasó entre las barras de la escalera y se dirigió al piso alfombrado de abajo. Allí, inconfundible, estaba el pequeño objeto de metal plateado que hace apenas unos segundos se le había escapado de sus dedos y que ahora estaba a aproximadamente cuatro metros debajo de ella. Pero para ella no había diferencia si eran cuatro metros o un millón, pues no había ninguna manera de que pudiera alcanzar esas llaves, y no tenía a nadie a quien culpar por su situación más que a ella misma.

*****

Todo había comenzado cuando Nicki, de diecinueve años, había sentido curiosidad por un objeto que se topó un sábado por la mañana y que pertenecía a su padre (de profesión oficial de policía). Su familia se había ido por el fin de semana y no volverían hasta el domingo por la noche, por lo que Nicki estaba sola en casa. Era una mañana de primavera y la chica, que no tenía ningún plan, había estado chismeando en un cajón cuyo contenido desconocía, pues nunca había necesitado nada de el. Fue ahí donde encontró el par de brillantes esposas junto a su llave.

Desde hace algunos años Nicki había tenido pensamientos que la inquietaban; sentimientos que hasta ese momento había conseguido ignorar y mantener ocultos en su subconsciente, pero que sin embargo emergían de vez en cuando. Sin embargo el descubrimiento que acababa de hacer fue un catalizador que llevó a que sus inhibiciones desaparecieron. Los deseos ocultos que había negado, o por lo menos controlado de repense te volvieron incontrolables y sintió un cosquilleo por la emoción y la excitación de ver estos brazaletes de acero. Fue entonces cuando se puso a examinar cuidadosamente el objeto recién encontrado con cierta fascinación y que admitió la idea que la emocionaba desde que entró en la adolescencia, fantasías donde era atada, amordazada y encadenada para quedar completamente indefensa en manos de un malvado villano; sólo para ser rescatada después por un hermoso caballero en una brillante armadura.

Ahora, con las esposas en la mano y con sus fantasías siendo aceptadas, la necesidad de aprisionarse a si misma fue muy grande para resistir.

Con manos temblorosas, Nicki cerró las esposas y las volvió a abrir para probar que funcionaran. Comprobando que sería capaz de liberarse, colocó una esposa sobre una de sus muñecas, y completó el cautiverio de su mano cerrando el candado. El click que se escuchó y el sonido del mecanismo ajustando provocó que una emoción recorriera toda su espina. Rápidamente aseguró su otra muñeca con el otro brazalete y segundos después estaba caminando por el cuarto con sus manos sujetas frente a ella, sacudiéndose un poco en busca de un liberación que no llegó y que no quería realmente.

Sin embargo, después de poco más de tres minutos, Nicki se aburrió. Quería que las esposas la sujetaran de manera más restrictiva y por ende más excitante. Se liberó momentáneamente para volver a encadenarse, esta vez con sus manos a la espalda. De nuevo pasó varios minutos inmovilizada de esa manera, caminando por la casa con mucha emoción mientras trataba de llevar a cabo tareas normalmente tan sencillas como abrir una puerta, leer un libro o prender la televisión.

Pero tras un rato este cautiverio también le resultó insuficiente para satisfacer su creciente excitación. No quería solo tener las muñecas esposadas, lo que deseaba era estar atada completamente.

Quitándose de nuevo las esposas (lo cual fue significativamente más difícil que cuando sus manos estaban al frente), Nicki salió corriendo a una covacha en su jardín donde al poco encontró el par de cosas que fue a buscar, un rollo de cuerda y otro de fuerte cinta adhesiva plateada. De vuelta en su casa revisó que todas las puertas y ventanas estuvieran bien cerradas, pues lo último que quería es que alguien la descubriera. Subiendo a su habitación, se quitó la ropa hasta vestir sólo su ropa interior, y unas largas medias negras, quería verse tan sexy como pudiera para la fantasía que estaba por hacer realidad. El siguiente paso fue colocar un espejo en la pared frente a las escaleras, con el cual pudiera verse a si misma cuando luchara con sus ataduras. Cuando quedó satisfecha de que éste estaba en el mejor ángulo para capturar lo mejor posible su imagen atada se detuvo un momento, sólo restaba amarrarse a si misma.

Primero Nicki desenrrolló la cuerda y la jaló con sus manos para probar su resistencia y fuerza; sonrió al ver que era resistente. Cortándola en cinco largas piezas (tres de tres metros y las dos restantes un poco más largas), se sentó en el suelo con su espalda recargada en uno de los postes de la escalera y sin dudas pero sin prisas empezó por amarrar su tobillos asegurando las ligaduras tan fuerte como le fue posible. Continuó usando los otros dos pedazos de cuerda para inmovilizar más sus piernas, atando un pedazo bajo sus rodillas y otro sobre éstas. Las tres ataduras fueron hechas de la misma manera, rodeando sus piernas varias veces y después asegurando la cuerda atándola de manera vertical con los nudos al frente. Con esta parte del bondage completo, Nicki se ayudó del barandal para levantarse y durante un par de minutos se movió a saltos por el lugar, tanto para divertirse como para comprobar que ningún movimiento aflojaría los nudos. Feliz al ver que sus legas estaban inescapablemente amarradas volvió al punto de partida.

A continuación Nickiun par de calcetines, los apretó para hacer una bola y se metió esta a su boca, forzándola hasta que su cavidad estuvo totalmente llena. Entoncés se puso a sellar los calcetines en su boca con la pegajosa cinta plateada que, de acuerdo al paquete, era a prueba de agua y se quedaría sujeta a casi cualquier superficie. Levantando su cabello rodeó su cabeza varias veces con la cinta alrededor de la parte inferior de su rostro, tras varias vueltas cortó la cinta y oprimió todo lo que tenía sobre la boca para asegurarse de que estuviera bien pegada a su piel, tuvo especial cuidado de que no hubiera alguna puntita despegada que luego pudiera usar para safarla.

Vienod hacia el espejo Nicki vio a una chica con todo su rostro debajo de la nariz cubierto con la cinta gris. Trató de empujar los calcetines hacia afuera con la lengua, y se dio cuenta de que la cinta le impedía sacarlos ya que sus labios estaban completamente sellados. Hizo varios intentos de hablar y gritar, con lo cual se dio cuenta de que había elegido un método muy efectivo de silenciarse.

El sentir la cuerda apretando sus piernas y la extraña sensación de la cinta pegada sobre su piel excitaron más a Nicki, lo que aumentó su deseo de completar su autobondage tan pronto como le fuera posible. Sin esperar más tomó los pedazos de cuerda más largos y empezó a pasar el primero sobre su cintura y alrededor del poste de la escalera sobre el que apoyaba la espalda, jalando las cuerdas para apretar tanto como era posible, terminó por atar un nudo sobre su estómago. La siguiente cuerda fue atada similarmente, pero esta vez sobre su torso, pasando primero por debajo de sus pechos y rodeando su cuerpo y el poste cuatro veces, antes de continuar atando su cuerpo con la misma cuerda, pero esta vez sobre los pechos. De nuevo ató el nudo al frente, donde estaría fuera de su alcance una vez que se esposara las manos.

De nuevo Nicki se detuvo a verse en el espejo, un cosquilleo recorrió su espina al ver sus piernas inmóviles y su boca amordazada; su figura con curvas temblando por como disfrutaba todo, ya estaba muy cerca del punto final.

En un principio había considerado vendarse los ojos, pero entonces se le presentó un dilema. ¿cómo iba a verse en el espejo? Pero por otro lado su indefensión no estaría completa si bloqueaba su visión. Era un volado entre poder observarse mientras se retorcía o experimentar todo en una completa oscuridad. Al final optó por un término medio que le pareció de alguna manera fascinante. Mantendría su vista, pero se colocaría unas medias de nylon sobre la cabeza. De esa manera vería pero no con la misma claridad de antes. Tomando una media negra lacolocó osbre su cabeza como una capucha hasta que alcanzó su cuello, tomando la punta le dio una vuelta alrededor de su cabeza y la ató suavemente para evitar que el extremo estuviera flojo y se sacudiera mientras se retorcía contra los nudos.

Había llegado el momento de aplicar la atadura más importante de todas. Aún con un temblor debido a la anticipación de lo que iba a ocurrir, Nicki cerró una de las esposas sobre su muñeca izquierda hasta que quedó lo suficientemente apretado para asegurar que no pudiera sacar su mano. Agarrando fuertemente la llave, pasó su manos a su espalda y alrededor del poste. Durante cerca de un minuto intentó sin éxito encontrar el otro extremo de la esposa. No se había dado cuenta de que sería una operación tan complicada, pero el poste le impedía maniobrar con comodidad y por unos segundos temió que no pudiera completar su inmovilización después de tanto esfuerzo. Sin embargo no se rindió hasta que alcanzó el brazalete y con satisfacción lo escuchó cerrarse mientras encadenaba su otra mano. Apretó hasta escuchar cuatro clicks que le indicaron que esta mano estaba tan prisionera como la otra. Un rápido jalón a sus manos lo confirmaron; sus manos estaban encadenadas la una a la otra y atrapadas alrededor de un sólido poste de madera, con lo que sus dedos no podían alcanzar ninguo de los nudos que ataban el resto de su cuerpo.

Ahora sólo quedaba una pequeña operación para relajarse y comenzar a divertirse. La llave que le daría su libertad seguía fuertemente agarrada con sólo dos dedos de su mano izquierda y necesitaba pasar este pequeño pero fundamental objeto a su otra mano, donde podría sujetarlo con firmeza hasta el momento en que requiriera sus servicios para liberarse, cuidadosamente colocó la llave sobre la palma de la mano derecha y se preparó para agarrarla al tiempo que la soltaba de sus dedos.

*****



Todo ocurrió tan rápido que Nicki no estaba totalmente segura de las circunstancias que llevaron a su catástrofe. ¿estaba tan excitada por lo que venía que sus manos no pudieron coordinarse correctamente, o el esfueroz por cerrar los brazaletes habían provocado que sus manos se cansaran al punto de que no pudo sostener bien la llave? No podía decirlo con certeza, pero sabía que un segundo tenía la llave en sus manos y al siguiente se había ido. Siguió un corto intervalo, que si bien duró apenas una fracción de segundo pareció mucho más, antes de que un casi inaudible golpe le indicara a la chica que lo peor había ocurrido. Por medio minuto estuvo en un estado de negación, incapaz de creer lo que le había ocurrido. Sus dedos buscaban desesperados la llave en los pocos centímetros de alfombra a sus espaldas, hasta que eventualmente tuvo que aceptar que ésta se había caído hacia la planta baja de la casa y que no estaban a su alcance, aún así no comprendía la gravedad del evento.

Pasaron algunos minutos, que Nicki ocupó volteando sobre su hombro y viendo en dirección a la pequeña llave en el piso de abajo, fue durante ese tiempo que comprendió el problema en que estaba metido por no haber pasado la llave de una mano a la otra sin soltarla. Se dio cuenta de que no podía ni ir por la llave ni hacer que ésta la alcanzara a ella de ninguna manera posible. En corto, estaba atrapada. Una vez que vio esto y que rápidamente descartó todas las imprácticas formas de liberarse que se agolparon en su cabeza cuando finalmente cedió al pánico y se agitó violentamente. Intentó soltarse tirando de todas las ataduras y golpeando las esposas contra el grueso poste de madera con creciente desesperación… pero todo fue inútil.

Una vez que se agotó, lastimándose las muñecas en el proceso, Nicki tuvo que admitir que no podía salir de este problema. Lo siguiente que se le ocurrió fue gritar por ayuda con todas sus fuerzas, pero el éxito de esta empresa ya estaba severamente limitado por su decisión de amordazarse tan eficientemente. Maldijo su suerte en un ahogado grito, ¿cómo pudo ser tan tonta?

*****

Los papás de Nicki no iban a llegar a casa hasta la noche del día siguiente; pasadas las nueve, de acuerdo al cálculo de su madre. Hasta ese momento la casa era suya y de nadie más. Por lo menos sabía que sería rescatada en ese momento, aunque la perspectiva de pasar casi treinta seis horas sentada con las manos esposadas, el cuerpo atado y la boca amordazada no le agradaba. Además del tiempo que pasaría amarrada, el ser encontrada así sería muy embarazoso, ¿qué pensarían sus padres? Obviamente lo primero que pensarían al ver a su niñita atada de esta manera es que habría sido víctima de un salvaje intruso, la compadecerían. Pero una vez que la verdad se supiera ¿cómo reaccionarían?

¿Cómo podría siquiera empezar a explicar que se ató y se amordazó a si misma porque la idea de estar indefensa la emocionaba de una manera inexplicable? Seguramente estarían horrorizados de saber que uno de sus descendientes podía sentirse atraído por algo tan perverso. ¿Qué pasaría con sus hermanos? ¿Cuántas burlas tendría que soportar cuando estos supieran que su hermana mayor tenía gustos tan raros?

Ya que Nicki comenzó a calmarse del shock inicial de estar totalmente indefensa, empezó a explorar si podría salirse con la suya con algún cuento sobre un ladrón. Pero un análisis cuidadoso le demostraron que era algo tan increible que no sobreviviría al menor escrutinio. Después de todo su padre era un policía y estaba acostumbrado a lidiar con asaltos de este tipo. Con todas las puertas y ventanas cerradas por dentro ¿de qué manera explicaría cómo el ladrón imaginario se metió a la casa? Y si el robo era la explicación a su penosa situación ¿por qué no había nada desaparecido o fuera de lugar en la casa? Más aún ¿cómo explicaría su atuendo?, ¿la posición del espejo?, ¿el lugar donde estaba la llave? ¿el hecho de que el ladrón supiera encontrar las esposas de su papá? O ¿la aparición de la cuerda y la cinta, que una rápida revisión demostraría que fueron traídas desde la cobacha del jardín?

Era imposible encontrar una solución plausible a tanta incógnita, demasiados cabos sueltos que nunca engañarían a un detective experimentado como su padre. Nicki comprendió que si la encontraban así no podía sino decir la verdad, aunque probablemente una vez que llegara la hora de que la liberaran estaría tan agradecida de poder moverse que lo que alguien pensara de sus extrañas aficiones le importaría muy poco.

Atrapada en su bondage, Nicki se puso a pensar si tal vez hubiera alguien que pudiera rescatarla antes de la llegada de su familia, lo cual si bien no le ahorraría la humillación si le evitaría el día y medio de inmovilidad. Pasó lista a todas las personas que conocía, pero ser desatada por alguna de ellas no era plausible. El lechero, el cartero y el repartidor del periódico ya habían hecho sus entregas ese día y ninguno pasaría el domingo. Había una lejana posibilidad de que alguien repartiendo publicidad o correo basura se acercara a su puerta, pero era algo que no podía esperar con optimismo.

De cualquier manera si alguien se acercaba a la puerta tendría muy poco tiempo para reaccionar. La única manera en que ella sabría que un desconocido estaba en la puerta sería cuando aquello que dejaran caer en el buzón alcanzara la alfombra, cuando eso ocurriera esta persona ya se estaría alejando de su casa y muy difícilmente estaría atenta para oír sus ahogados gritos de ayuda. Sólo si este supuesto visitante llegara silbando o cantando podría empezar a gritar a tiempo con la esperanza de que el ínfimo ruido que pudiera hacer fuera suficientemente fuerte para que el visitante lo escuchara y se decidiera a investigar hasta encontrarla, esto era casi imposible.

La otra posibilidad que pensó es que un vecino la oyera, pero todas las casas tenían patios que las separaban razonablemente las unas de las otras, por lo que esto tampoco rendiría frutos. No había invitado a nadie a acompañarla ninguno de los dos días, y no había hecho planes formales de ver a ningún amigo, así que si no llegaba a verlos en el bar donde se reunían de vez en vez era muy difícil que alguno se extrañara y se pusiera a averiguar su paradero. Igualmente si alguien telefoneaba era difícil que alguien se preocupara si no contestaba, simplemente asumirían que estaba ocupada con otro asunto y la olvidarían. Por tanto después de tanta reflexión la conclusión era la misma, se quedaría todo el día amarrada y amordazada en su casa.

Nicki volteó a ver de nuevo la llave (que apenas era visible a través de la media que tenía sobre la cabeza), deseando que fuera posible hacerla levitar hacia sus manos con el poder de su mente. Ahora sabía a ciencia cierta como se sentía el verdadero bondage.

Vio al espejo para contemplar sus largas piernas forzadas a mantenerse una junto a otra por las cuerdas que la ataban, y su torso, con la lencería que vestía contrastando vivamente con su piel blanca y con las cuerdas que la sujetaban y que mantenían su cuerpo rígidamente sujeto al poste en su espalda.

Después estaba su cabeza, enteramente cubierta por sus medias que le aplastaban la nariz y distorsionaban sus facciones y que disimulaban la cinta que rodeaba toda su cabeza desde las mejillas hasta la barbilla. Por debajo de la media su cabello alcanzaba a escapar de la capucha y a caer sobre sus hombros. Alrededor de su cuello, había una cadena de oro -un regalo de su cumpleaños 18- que colgaba casi tocando sus bien formados pechos que se movían de vez en cuando de arriba abajo con sus intentos de aflojar las ataduras. La parte superior de sus brazos era visible, pero de los codos para abajo todo desaparecía tras su espalda.

Nicki intentó ponerse de pie, pero la fuerza de las ligaduras en su pecho y su estómago hacían esto imposible. Incluso si hubiera logrado alzarse, el barandal horizontal le hubiera hecho imposible moverse a otra parte de la casa o librar siquiera parte de su cuerpo. Si tan sólo el poste no fuera tan sólido tal vez tras algo de esfuerzo hubiera logrado romperlo. Si tan sólo hubiera elegido un poste más delgado escaleras abajo al cual esposarse éstos habrían sido más fáciles de romper. Pero por supuesto antes de meterse en este embrollo había descartado a esos como buenos lugares para amarrarse, pues su objetivo en ese momento era conseguir algo inescapable, había sido descuidada y había caído en un problema del cual no tenía escapatoria.

*****

Nicki estiró sus piernas y cambió su posición en el suelo tanto como le era posible. Estaba tratando de aliviar algo de la incomodidad que le había provocado el sentarse sobre el suelo duro. No sabía cuanto tiempo llevaba amarrada, pues no tenía forma de calcular el tiempo, pero calculaba que ya debía ser una hora. Sólo faltaban treinta y cinco para su liberación.

Se vio al espejo mientras intentaba cambiar su posición viendo como su reflejo la imitaba (¿o acaso la remedaba?), y en ese momento volvió a luchar por soltarse, debido más a la desesperación de su cautiverio que a la esperanza de escapar. Al agitar sus manos sus pechos se movieron y, dado que estaba más resignada y menos distraída, Nicki se dio cuenta que las llamas del fuego que la habían llevado a meterse en esta situación seguían encendidas. Arrojó su cuerpo hacia adelnate sin separar la vista del espejo y concentrándose en lo ajustado de los nudos. Para su sorpresa, una sensación agradable empezó a recorrer su cuerpo y la emoción que sintió mientras se ataba y antes de que el escape se volviera imposible volvió a reclamar sus pensamientos.

Para probar esta inusual e intrigante sensación empezó a luchar contra sus ataduras con más fuerza, y poco a poco las semillas de su excitación respondieron y ésta fue creciendo hasta llegar a un crescendo que pronto estalló en unas oleadas de placer absoluto que recorrieron todo su ser. Era sorprendente que el pánico que había sentido hace tan poco pudiera transformarse en algo tan maravilloso. De repente a Nicki le importó un bledo si estaba atrapada. Si iba a estar atada todo el fin de semana no tenía sentido lamentarse. Si podía elegir entre estar asustada, acompañando sus inútiles intentos de liberarse con los gritos ahogados que escapaban de su mordaza o experimentar el enorme placer del que aún se recuperaba y que hacína de su situación una fantasía absoluta, entonces la pelea estaba ganada.

La chica se dio cuenta que la única diferencia entre el miedo y el placer estaba en su mente, pues sus acciones no cambiaban en nada su situación. Ya que estaba prisionera ¿por qué no aprovechar la situación y disfrutar la experiencia? Después de todo era justamente el deseo de estar indefensa lo que la había llevado a experimentar con el bondage, era mejor gozarlo ahora y preocuparse de las consecuencias después. Mientras estaba sentada, disfrutando de sus ataduras, Nicki se dio cuenta de que, por lo menos en ese momento, estaba agradecida de no poder soltarse. Estaba disfrutándolo tanto que pensó que soltar la llave tal vez había sido una bendición. Tal vez incluso la dejó caer a propósito, aunque de manera subconsciente. La chica gimió fuertemente contra su mordaza, pero ahora el sonido que emitía no se debía al deseo de que alguien la escuchara, sino que se le escapaba involuntariamente por el placer que alcanzaba alturas insospechadas.

Durante largas horas, y hasta bien entrada la tarde, las actividades de Nicki oscilaron entre luchar contra su bondage en busca del placer que le provocaba y periodos de descanso para reponer las energías que tantos orgasmos requerían. Aunque su estómago rugía por la falta de comida, y su boca y garganta estaban secas, el hambre y la sed la distrajeron poco de su concentración en el placer. Incluso cuando tras el atardecer llegó el momento en que su vejiga no aguantó más y terminó por orinarse, la incomodidad era mínima comparada con el estado de excitación sexual provocado por su completa incapacidad de moverse. Una vez que estuvo completamente a oscuras y muy cansada, Nicki finalmense te detuvo y tras un rato cayó dormida.

8 de octubre de 2013

Bondage en minifalda

Una mordaza de cuero oprimiendo los labios, las manos atadas a la espalda alrededor de un poste y un misterioso enmascarado contento de aprovechar la situación de la damisela. Son los elementos del nuevo dibujo que un colaborador frecuente del blog me envió por mail y que hoy les comparto.

Atada en minifalda
Les adelanto que estoy trabajando en traducir una nueva historia, pues últimamente no hemos tenido ninguna, será sobre autobondage (self bondage), pero con el poco tiempo que tengo últimamente no he adelantado mucho. Espero poder subirla pronto, para todos aquellos que disfrutan de la literatura bondagera.

2 de octubre de 2013

Toni Collette en Hostages.

Aaargh, es chocante que en el trabajo un superior la riegue, y por ello todos los demás empleados tengamos que hacer horas extra para sacar la chamba. Por eso hasta este miércoles no había estado en casa a tiempo para actualizar el blog.
En fin, para hoy tenemos un promocional de la serie Hostages (Rehenes) una de las muchas que se estrena para la temporada otoñal de Estados Unidos, y que algunas semanas después llegan a México y supongo que al resto del mundo. El promocional tiene a la actriz principal Toni Collette (la mamá de Sexto Sentido) amordazada con una bandera de Estados Unidos.

Toni Collette OTM Gagged Hostages
la serie trata de una cirujano que va a operar al presidente, por lo que su familia es secuestrada para obligarla a matarlo durante la operación. Me temo que la serie suena como una de esas que resultarán decepcionantes en términos de bondage pues me supongo que los prisioneros serán retenidos únicamente a punta de pistola, pero con un poco de suerte saldrán escenas interesantes. No queda sino esperar y ver.